Archivo:Espana Ocupacion-islamica-del-territorio-peninsular 0711-0756 mapa 13991 spa.jpg

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Autor	Atlas Nacional de España (ANE)
Anchura	2313 px
Altura	1693 px
Bits por componente	8 8 8
Composición de pixel	RGB
Orientación	Normal
Número de componentes	3
Resolución horizontal	150 ppp
Resolución vertical	150 ppp
Software usado	Adobe Photoshop CS5 Windows
Fecha y hora de modificación del archivo	15:33 7 mar 2019
Versión de Exif	2.21
Comentarios de usuario	En consecutivas expediciones lanzadas desde Ceuta los musulmanes consiguen en pocos años sustituir la estructura del estado visigodo constituyéndose como poder indiscutible; si bien la existencia de pactos que evitaran desgastes bélicos en unos casos, o la irrelevancia sociopolítica y demográfica en otros, dieron lugar a espacios autónomos o totalmente libres de ese dominio, como fue el caso de de la accidentada geografía del norte.La batalla del río Guadalete (711), en la que el ejército del último rey visigodo, Don Rodrigo, es derrotado en una expedición del caudillo musulmán Tariq, marca la primera y exitosa campaña que, de forma fulminante, alcanza ese mismo año la capital, Toledo. Y se inicia una sucesión de cabalgadas de sometimiento a través de la red viaria hispanorromana. Expediciones sucesivas de nuevos contingentes, esta vez ya al mando de Muza, gobernador del norte de África, multiplican ese despliegue. Campañas de carácter secundario someten, generalmente mediante pactos, los distintos centros de un poder muy atomizado y por tanto débil, a cargo de la aristocracia visigoda o los obispos. La celeridad de la conquista impidió una ocupación real de muchos territorios, porque los limitados efectivos demográficos invasores no podían sumar, al esfuerzo bélico, la organización administrativa. Y así, junto a bolsas con una gran autonomía se produjeron rebeldías exitosas cuando su escenario eran las inhóspitas, y nunca suficientemente sometidas al poder central, montañas del norte. Fue el caso del noble visigodo Pelayo, acogido por la tribu cántabra de los vadinienses, que acaudilla la resistencia al abrigo de los Picos de Europa, donde se produce el episodio de Covadonga (722). Allí establecerá un poder, referencia para los cristianos no sometidos, que dará lugar al reino de Asturias, con capital en Cangas de Onís (s. VIII) y Oviedo (s. IX). Covadonga, fue magnificada por las crónicas altomedievales como el hito que marca el inicio de la reconquista de la Hispania perdida frente al Islam.La península se organiza pronto como un Emirato (territorio militar y administrativo) del califato de los Omeyas en Damasco, extendido también por el sudeste del reino franco. Una penetración hacia Tours, frenada por la rotunda victoria de Carlos Martel en Poitiers (732), supone ya la renuncia del Califa de Damasco a su expansión por occidente (Al-Ándalus), donde, pese a todo, se mantendrá su autoridad algunos años más en Narbona.
Espacio de color	Sin calibrar
Fecha y hora de la digitalización	09:25 20 abr 2018
Fecha en la cual fueron modificados por última vez los metadatos	16:33 7 mar 2019
Id. único del documento original	uuid:c584a007-2e66-4b9e-af85-94288e5bafd6
Título breve	España. Ocupación islámica del territorio peninsular. 0711-0756. Mapa
Palabras clave	conquista de la Hispania visigoda
Versión IIM	40 515