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La pandemia COVID-19 en España. Primera ola: de los primeros casos a finales de junio de 2020

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Operación Balmis

La intervención de las Fuerzas Armadas (FAS) en la lucha contra la pandemia COVID-19 ha sido un ejemplo de lo que alguien pudiera llamar nuevas misiones de los Ejércitos y la Armada como instrumento clave en la resolución de cualquier tipo de crisis. Realmente ésta y el resto de las misiones asignadas a la FAS no son nuevas ya que están perfectamente definidas en la LO 5/2005 de la Defensa Nacional, donde en su artículo 15.3, claramente se expone: «Las Fuerzas Armadas, junto con las Instituciones del Estado y las Administraciones públicas, deben preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos en los supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas, conforme a lo establecido en la legislación vigente». Sin embargo, aparte de las intervenciones de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y del 43 Grupo del Ejército del Aire y puntualmente intervenciones menores de algunas unidades, la primera vez que las FAS en pleno asumen este cometido ha sido como parte del esfuerzo global de España para vencer al COVID-19. La Operación Balmis, que ha contado con la participación de más de 188.000 militares, ha supuesto el mayor esfuerzo de las FAS en tiempo de paz de la historia.

El empleo de las FAS en la lucha contra la pandemia hay que enmarcarlo dentro del RD 463/2020, de 14 marzo del estado de alarma. En cuanto se recibieron las directivas políticas se decidió iniciar una operación militar al uso y, por tanto, bajo la estructura operativa de las FAS. El Mando de Operaciones y el Estado Mayor Conjunto iniciaron el planeamiento y, prácticamente de forma simultánea, la ejecución de la Operación Balmis, denominada así en honor del médico militar que en el siglo XIX llevó las vacunas de la viruela a América en una iniciativa imaginativa y eficaz.

La clave del éxito de la Operación residió en varios factores, pero sin duda un elemento esencial fueron las premisas que se adoptaron para su planeamiento y ejecución: unidad de mando, la mayor simplificación posible de la cadena de mando y la agilidad de trámite de los apoyos desde las solicitudes de asistencia hasta su realización. Todos los medios disponibles trabajaron a las órdenes del Mando de Operaciones (MOPS) estructurados en cinco Mandos Componentes (Tierra, Mar, Aire, Emergencias y Sanidad Militar), incluso la logística de la operación se centralizó.

Las solicitudes de apoyos, a través de los delegados del gobierno que las enviaban a los ministerios delegados para la gestión de la crisis, se adelantaban directamente al MOPS. Estos apoyos se validaban, asignaban y ordenaban en un proceso sistemático y a la vez sencillo que permitía la rápida ejecución de las peticiones. Se contemplaron básicamente cuatro grandes áreas de apoyo: logístico, sanitario, seguridad e infraestructuras. Al amparo de estas áreas se agruparon las tareas más habituales: desinfecciones, traslado de enfermos, construcción de hospitales de campaña, transporte de equipo sanitario por vía aérea y terrestre y presencia para contribuir a la seguridad. Esta última tarea fue de las primeras en reducirse, dado el grado de aceptación de las instrucciones de confinamiento por parte de la población; de todos modos, se mantuvieron patrullas de presencia para apoyar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hasta prácticamente el final de la operación en control de fronteras y seguridad de infraestructuras críticas.

La tarea más triste para los soldados fue el traslado y custodia de fallecidos a los depósitos temporales que hubo que habilitar por razón de que, en un cierto periodo, se desbordó la capacidad de los servicios funerarios. En un principio la UME fue la unidad encargada de esta misión, uniéndose, posteriormente, otros componentes. Las intervenciones en las residencias de mayores fueron una de las tareas más habituales (5.301) y más críticas, dada la vulnerabilidad de nuestros mayores y la forma en que se vieron afectadas en los primeros momentos. Las desinfecciones han sido las actividades más solicitadas (11.061) aunque en los momentos finales también se formó en esta tarea a organismos civiles que podían tomar el relevo de unidades militares. El transporte es otra de las actividades a resaltar, especialmente en los primeros momentos cuando aviones militares participaron en el traslado de material sanitario desde China a territorio nacional. Es de destacar también el apoyo a los bancos de alimentos que emplearon medios militares para la distribución de comida a las personas más necesitadas.

  • Gráfico de intervenciones de la operación Balmis según lugar. 2020. España. PDF. Datos Interactivo.
  • Gráfico de intervenciones de la Operación Balmis según tipo. 2020. España. PDF. Datos Interactivo.
  • Gráfico de evolución de las intervenciones de la Operación Balmis. 2020. España. PDF. Datos Interactivo.
  • Gráfico de evolución de las desinfecciones de residencias de mayores. 2020. España. PDF. Datos Interactivo.

En la construcción de infraestructuras temporales sanitarias es preciso destacar el apoyo al montaje y la operación del hospital de campaña en IFEMA, en la Comunidad de Madrid, y en el de la Feria de Muestras de Barcelona. En el capítulo de apoyo sanitario, mencionar que toda la red permanente hospitalaria militar con los hospitales militares Gómez Ulla en Madrid y el Hospital General de la Defensa de Zaragoza dedicaron sus esfuerzos a la atención de pacientes afectados por el virus. En el Centro de Farmacia de la Defensa se elaboraron productos para la lucha contra el virus, sobre todo mascarillas una vez recibidas las maquinas adquiridas en China. La escasa dotación de las plantillas del Cuerpo Militar de Sanidad no permitió un apoyo más significativo en este campo, pero se pudieron suplir algunas deficiencias en algunos puntos de España con la presencia de buques de la Armada con capacidad hospitalaria, en concreto el Galicia estuvo atracado en Ceuta y en Melilla para suplementar la capacidad hospitalaria de esas dos ciudades autónomas.

Las intervenciones de las Fuerzas Armadas en la Operación Balmis se produjeron en todo el territorio nacional sin distinción de comunidades autónomas, en un esfuerzo total por salvar vidas y aliviar el sufrimiento de la sociedad española. Es de destacar que se desarrolló sin merma de las misiones permanentes de las FAS ni de las misiones en el exterior. Estas últimas, vieron reducidos sus efectivos temporalmente al disminuir la actividad en sus lugares de despliegue por el COVID-19, pero la vigilancia marítima y la vigilancia y el control del espacio aéreo en territorio nacional no sufrieron menoscabo alguno.

Para las Fuerzas Armadas la Operación Balmis ha sido un enorme motivo de satisfacción porque ha permitido que desarrolle la función para la que están entrenados y especialmente cualificados, en apoyo directo al bienestar y la seguridad de la población.


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Texto: autores. Véase la lista de participantes


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Bibliografía

  • Libro 1
  • Libro 2


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