Discusión:Educación (monografía COVID-19)

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La pandemia COVID-19 en España. Primera ola: de los primeros casos a finales de junio de 2020

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El impacto producido por la pandemia COVID-19 en el sistema educativo en España en sus diferentes niveles cabe calificarlo, sin ninguna duda, de severo. Al margen de cobrarse vidas de personas pertenecientes a la comunidad educativa, el confinamiento domiciliario impuesto por el Real Decreto de estado de alarma supuso un cambio radical en los modos de enseñanza-aprendizaje desde los primeros tramos de currículum escolar a los grados y posgrados universitarios.

La enseñanza presencial fue sustituida por una relación virtual entre profesorado y alumnado. La disponibilidad de acceder a las tecnologías de la información y comunicación por parte de estos hicieron posible, afortunadamente, que no quedase interrumpido y pudiese finalizar el curso, a pesar de la excepcional situación vivida.

Resulta muy difícil calibrar con precisión en todos sus extremos la incidencia real y los efectos producidos en los cuerpos docente y discente por razón del confinamiento domiciliario. Profesorado y alumnado se adaptaron a las circunstancias y no dejaron de avanzar en la programación establecida en los diferentes niveles de enseñanza; no obstante, la imposibilidad de mantener un trato personal y directo entre unos y otros, hecho esencial en todo proceso educativo, puede que, hipotéticamente, haya incidido en un déficit de aprendizaje en cada uno de los ciclos educativos, si bien estos últimos aspectos resulte, por el momento, difíciles de evidenciar. Solo futuras investigaciones podrán desvelar si, en efecto, la repercusión alcanzó un mayor calado del ahora perceptible.

En este apartado de la monografía, tan solo se quieren mostrar hechos sobre los que se tiene información objetiva de tipo cuantitativo. Se dejan de considerar, por tanto, aspectos de cariz más cualitativo, aunque no por ello menos importantes. En primer lugar, se considera la magnitud del confinamiento del colectivo escolar que hasta ese momento había seguido una docencia presencial. En segundo lugar, se muestran dos indicadores del rendimiento académico de los estudiantes universitarios. Por último, se ofrecen datos elocuentes del uso de las tecnologías que ha permitido la enseñanza on line.

Por lo que respecta al primero de los aspectos señalados, la representación del volumen de alumnado confinado se ha realizado según su pertenencia a tres grandes grupos: enseñanza infantil y primaria; secundaria obligatoria, bachillerato y formación profesional; y, por último, universitaria. Un total de 10,017 millones de alumnos dejaron de tener enseñanza presencial en España; a este volumen de estudiantes habría que sumar el personal docente que en sus diferentes niveles alcanza un total de 848,8 mil profesores. Cifras, en suma, muy importantes. El peso mayor recayó en la enseñanza obligatoria (infantil, primaria y ESO) que supuso algo más del 66%. En bachillerato y formación profesional el dato alcanzó 1,4 millones de estudiantes y en el ámbito universitario fueron casi 1,4 millones los estudiantes confinados.

Medir la influencia del confinamiento domiciliario en la variación del rendimiento escolar resulta muy arriesgado. No cabe establecer relaciones apresuradas. Sería imprudente hacerlo. No obstante, es interesante mostrar los matices que los datos del Ministerio de Universidades ofrecen en relación a los rendimientos académicos en los dos indicadores anteriormente señalados.

Los resultados académicos de las pruebas de acceso a la universidad, que aquí se ofrecen en las diferentes comunidades autónomas, muestran un comportamiento dispar, aunque sin llamativas distorsiones entre los territorios, ni tampoco en su comparación entre los cursos 2018-2019 y 2019-2020. No cabe sonsacar, por tanto, conclusiones precipitadas en las que se pudiera percibir un cierto efecto negativo por el parón de la enseñanza presencial en los colegios e institutos durante el confinamiento. Recuérdese que los estudiantes en las pruebas dan cuenta del aprendizaje de una extensa etapa que abarca el bachillerato en su conjunto (a estas pruebas se les otorga en algunas comunidades autónomas la denominación de EBAU que equivale a Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad, mientras otras lo hacen con la expresión EVAU –Evaluación para el Acceso a la Universidad–).

Los rendimientos académicos del alumnado universitario de grado muestran un comportamiento más igualitario al comparar los resultados del curso 2019-2020, ciertamente mejores, con los del curso anterior; y lo fueron a nivel territorial para el conjunto del país y tanto en las universidades públicas como en las privadas. Sería vano adentrarse en la búsqueda de una explicación convincente de este hecho; en todo caso, cabría señalar que la enseñanza virtual pudo reemplazar al aprendizaje presencial de modo exitoso, evitando un claro déficit que a buen seguro se hubiera producido como consecuencia del confinamiento domiciliario de no existir las tecnologías on line.

Por último, al no contar con datos completos y comparables del papel que han desempeñado las tecnologías que hicieron posible la continuidad de la enseñanza por internet en los diferentes tramos de la enseñanza, se propone un ejemplo concreto que, con toda seguridad, resulta representativo de lo ocurrido en el resto del ámbito educativo. Se trata de una universidad en la que se puede ver el uso de la plataforma digital por parte de profesorado y alumnado.


Uso de la plataforma digital de la Universidad de Alcalá durante el confinamiento
    Este ejemplo se presenta como un caso ilustrativo de lo acaecido de modo general en las universidades con enseñanza presencial en España durante el confinamiento domiciliario de profesorado y alumnado en la primera ola de la pandemia.

    La Universidad de Alcalá, en el curso 2019-2020, contó con 1.731 profesores y tuvo 16.347 estudiantes matriculados en los 46 grados ofertados y otros 4.631 alumnos en sus 60 másteres oficiales. La información representada en los gráficos alude precisamente a los niveles de grado y máster.

    A partir de la suspensión de las clases presenciales, un promedio diario de 800 docentes y cerca de 11.000 estudiantes se sirvieron de la plataforma digital para dar continuidad a la actividad docente. Las clases impartidas on line se mantuvieron alrededor de las 1.000, alcanzándose un máximo de 1.400 el 16 de marzo. Por último, los usuarios (número de conexiones o entradas totales en la plataforma digital) y usuarios únicos (número de personas que han accedido a la plataforma digital una o varias veces) muestran similar tendencia, siendo los primeros más de 10.000 a mediados de abril y los segundos más de 7.000 en esos mismos días, sólo interrumpidos por el período vacacional de Semana Santa en los primeros días de abril.


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Texto: Olga De Cos Guerra, Pedro Reques Velasco y José Sancho Comins. Véase la lista de participantes



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