Discusión:Fase ascendente de la pandemia

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La pandemia COVID-19 en España. Primera ola: de los primeros casos a finales de junio de 2020

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Gráfico de evolución de casos de COVID-19 durante la fase ascendente de la pandemia. PDF. Datos Interactivo.
Gráfico de evolución de hospitalizados por COVID-19 durante la fase ascendente de la pandemia. PDF. Datos Interactivo.
Mapa de Casos de COVID-19 durante la fase ascendente de la pandemia. PDF. Datos Interactivo.
Mapa de Hospitalizados por COVID-19 durante la fase ascendente de la pandemia. PDF. Datos Interactivo.

De manera previa al comentario detallado de los datos de la que se ha dado en llamar fase ascendente de la pandemia, conviene precisar la diferencia importante entre los datos relativos, cuya distribución espacial ha ido variando conforme avanzaban las semanas, y los datos absolutos, que presentan una polarización clara en Madrid y Barcelona al configurarse como los principales focos de infección de la pandemia en España, especialmente Madrid. Como resulta obvio, esta circunstancia puede encontrar una cierta explicación debido a la mayor concentración de población en dichas provincias, al igual que ha podido suceder en las del País Vasco, si bien no se ha visto reflejada con igual intensidad en otros espacios que también tienen alta densidad demográfica como puede ser la costa levantina o determinadas provincias andaluzas. En esta primera fase, hasta el 20 de marzo, todas las variables experimentan una trayectoria ascendente como tendencia general en el conjunto del país, a pesar de haberse declarado el estado de alarma el 15 de marzo de 2020, con el subsiguiente confinamiento domiciliario de la población y las severas restricciones a la movilidad.

En relación a la evolución y distribución de los casos COVID-19 durante la fase ascendente cabe señalar que entre el 9 y el 13 de marzo la aparición diaria de casos de COVID-19 se duplican de casi 3.500 a 8.000 en todo el territorio nacional, alcanzando un máximo próximo a los 10.000 el día 16. Desde esta fecha se observa un descenso los días siguientes, aunque superan los 10.000 casos diarios el 20 de marzo. En este periodo de fase ascendente en todas las provincias había aparecido algún caso. En Barcelona y Madrid se llegan a superar los 13.000 y 29.000 casos, respectivamente, y en provincias como Bizkaia, Ciudad Real, Valencia y Navarra, las cifras rondan los 3.000 casos. Entre el 9 y el 20 de marzo la incidencia acumulada (casos por 100.000 habitantes), presenta los valores más elevados en los ejes desde Madrid hacia Salamanca, Álava, Ciudad Real y Albacete, un patrón espacial ya observado desde el mismo momento en que empezaron a notificarse casos en los meses anteriores. Señalar la alta incidencia acumulada, superior a 700 casos por 100.000 habitantes de Soria y Segovia.

En la fase ascendente de la pandemia la evolución de las personas hospitalizadas por COVID-19 presenta un notable aumento entre los días 9 y 16 de marzo (de algo más de 400 a casi 1.900 ingresos diarios), alcanzando la cifra de 3.657 el día 20. Por provincias, el incremento es muy rápido en Madrid y Barcelona, donde se registraban a fecha de 14 de marzo más de 2.900 y 400 hospitalizaciones, respectivamente, y el día 20 estas cifras aumentan a más de 10.000 y 3.000 en cada una de esas dos provincias. Las tasas de hospitalización (hospitalizados por 100.000 habitantes) dibujan un patrón espacial similar al de los casos de COVID-19, con valores más elevados en Castilla-La Mancha, Castilla y León y en el eje Madrid-Álava. Provincias como, Álava, Albacete, Ciudad Real, La Rioja y Navarra, donde en el periodo anterior se registraban los primeros hospitalizados por COVID-19, presentan ahora también valores elevados durante esta fase ascendente, superando las 50 hospitalizaciones acumuladas por 100.000 habitantes. Destaca también el incremento en Soria, con una estructura de población envejecida.

La evolución de los ingresos por COVID-19 en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de los Hospitales del Sistema Nacional de Salud es muy acelerada durante la fase ascendente de la pandemia y refleja la gravedad de la situación en este primer momento. El 9 de marzo se registraban 84 ingresos en UCI y el día 20, en menos de dos semanas, se llega a los 436 ingresos diarios. Por provincias Madrid y Barcelona presentan el día 16 de marzo 553 y 151 ingresos acumulados, respectivamente, y alrededor de 1.100 y 400 cuatro días más tarde. También destacan con valores elevados Valencia, Alicante, Bizkaia, Málaga, Zaragoza, y Navarra. Los ingresos expresados en porcentaje respecto a los hospitalizados dibujan un patrón espacial muy concreto: destaca el noroeste peninsular y la costa mediterránea, llegándose a alcanzar cifras de 42,9% personas ingresadas en UCI respecto a hospitalizados en Almería y entre 30 y 40 en Palencia y Castellón, siendo el total nacional del 13,5%. Parece visualizarse, de esta forma, una distribución espacial diferente a la predominante en el resto de variables (casos, hospitalizaciones y fallecimientos).

  • Gráfico de evolución de ingresados en la UCI por COVID-19 durante la fase ascendente de la pandemia. PDF. Datos Interactivo.
  • Mapa de Ingresados en la UCI por COVID-19 durante la fase ascendente de la pandemia. PDF. Datos Interactivo.
  • Mapa de Fallecidos por COVID-19 mayores de 80 años durante la fase ascendente de la pandemia. PDF. Datos Interactivo.
    Pirámide de población fallecida por COVID-19 desde los primeros casos y la fase ascendente de la pandemia. PDF. Datos Interactivo.
  • Mapa de Fallecidos por COVID-19 durante la fase ascendente de la pandemia. PDF. Datos Interactivo.
    Gráfico de evolución de fallecidos por COVID-19 durante la fase ascendente de la pandemia. PDF. Datos Interactivo.

En relación a los datos de fallecimientos, debe indicarse que se utiliza como fecha de referencia la de defunción y, solo en el caso de que esta no conste, se utiliza la fecha de declaración del caso a la comunidad autónoma o la fecha de diagnóstico.

La evolución de los fallecidos por COVID-19 aumenta en el conjunto de España de menos de 20 casos el día 9 de marzo a prácticamente 200 los días 16 y 17, alcanzándose más del doble de este valor (433) el día 20. Las provincias que desde el día 9 de marzo registran fallecimientos por COVID-19 son Guipúzcoa, Álava, La Rioja, Zaragoza, Barcelona, Madrid y Toledo. Entre el 14 y el 20 de marzo numerosas provincias comienzan a registrar fallecimientos, contabilizándose cifras superiores a 30 fallecidos acumulados en Álava, Toledo, Ciudad Real, Albacete, Alicante y Málaga. Cabe destacar nuevamente Madrid y Barcelona por las cifras cercanas a 970 en el primer caso y 250 en el segundo.

Los fallecimientos expresados en tasa por 100.000 habitantes son más elevados en las provincias castellanomanchegas y en el eje Madrid-Segovia-Álava, con valores entre 10 y 18,2 defunciones por 100.000 habitantes, frente al 3,9 del valor medio nacional. Durante este periodo de fase ascendente son cinco provincias las que no registran fallecimientos por COVID-19: Palencia, Huesca, Badajoz, Huelva y Almería.

Resulta muy expresiva la pirámide de población fallecida por COVID-19 desde los primeros casos y durante la fase ascendente de la pandemia. Por un lado, refleja la marcada diferencia por sexos, siendo la población masculina la que presenta los porcentajes más elevados; por otro, los grupos de edad más afectados coinciden con el rango de 75 y más años en el caso de los hombres y más de 80 en el caso de las mujeres. De modo más concreto, el grupo que recibió un mayor impacto se corresponde con los hombres entre 80 y 89 años, que presenta cifras que prácticamente alcanzan el 15% de la población fallecida, frente a los grupos anteriores de edad o al mismo grupo de mujeres, que apenas llegan al 9%.

Las provincias que presentan una proporción superior al 80% de personas fallecidas mayores de 80 años sobre el total de fallecidos son las gallegas, a excepción de A Coruña que no registra fallecidos en este grupo de edad. También las provincias de Palencia, Huesca, Badajoz, Huelva, Murcia y Almería se unen a la lista de provincias sin fallecidos de este rango de edad. En cifras absolutas, se superan los 600 decesos en Madrid y los 150 en Barcelona.

Cabe destacar, por último, el diferente patrón espacial que presenta la distribución de fallecidos (interior frente a espacios periféricos) y que es muy similar al de casos y hospitalizados. Respecto a los fallecidos de más de 80 años destaca el noroeste peninsular. Estos datos no hacen más que traducir la propia estructura demográfica de España, que presenta un noroeste más envejecido. En este caso, está asociado también a provincias con un marcado carácter rural que, si ciertamente se vieron más protegidas en el primer momento, una vez que llega la enfermedad se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad tanto por el elevado índice de envejecimiento y masculinidad, como por la menor accesibilidad a los servicios hospitalarios de mayor nivel. Esto se ve claramente en espacios como Teruel, León o Asturias.



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Texto: María José Amorín Calzada, Carmen Bentué Martínez, José María Llorente González, Carlos López Escolano, Raúl Postigo Vidal, María Sebastián López, Marcos Zuil Martín y María Zúñiga Antón. Véase la lista de participantes


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Bibliografía

  • Libro 1
  • Libro 2


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