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Discusión:Sociología electoral

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El sistema electoral español responde fundamentalmente al que se acordó para celebrar las elecciones, finalmente constituyentes, de 1977. La Constitución recogió en su artículo 68 el marco general por el que se regiría la conversión de votos en escaños a partir de entonces (diciembre de 1978). El legislador concretaría los extremos del sistema en la [https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1985-11672 Ley Orgánica del Régimen Electoral General ] (5/1985, de 19 de junio, conocida como LOREG).
Los componentes del sistema electoral han contribuido a que la democracia española destaque por la estabilidad de sus gobiernos, siendo las legislaturas nacionales de las más largas en términos comparados, al menos hasta 2015. El bipartidismo imperfecto propio del sistema de partidos español ha respondido en gran medida a un sistema electoral que, como efectos automáticos, sobrerrepresenta a las candidaturas grandes de ámbito estatal –Unión de Centro Democrático (UCD) y Partido Socialista Obrero Español (PSOE) inicialmente, Partido Popular (PP) y PSOE con posterioridad-, infrarrepresenta a las candidaturas pequeñas de ámbito estatal –Partido Comunista de España (PCE) y Alianza Popular (AP) de manera destacada al comienzo del actual período democrático, o Izquierda Unida (IU) y Unión, Progreso y Democracia (UPyD) posteriormente-, y otorga una representación en el Congreso de los Diputados proporcional a los votos conseguidos en el cómputo nacional a las formaciones políticas que solo se presentan en las circunscripciones en que gozan de apoyo ciudadano, cual es el caso, no exclusivo, de las candidaturas nacionalistas. Como efecto automático complementario, el sistema sobrerrepresenta a las circunscripciones tanto más cuanta menos población tienen, y, al contrario, las infrarrepresenta tanto más cuanta más población registran.
A diferencia de lo que ocurriese durante la última legislatura de Felipe González (PSOE) y la primera de José María Aznar (PP) como presidentes del Gobierno, las formaciones políticas nacionalistas menos escoradas en el eje ideológico izquierda-derecha dejaban de ser suficientes para conformar mayorías de gobierno apoyando al grupo parlamentario mayoritario. La deriva independentista del nacionalismo catalán tampoco permitía contemplar la suma de sus apoyos a un gobierno popular.
Aritméticamente inviable una solución a la portuguesa (gobierno coaligado de izquierdas, siendo primer ministro António Costa) y políticamente descartada una gran coalición a la alemana (en referencia al Gobierno de la CDU y el SPD), finalmente Mariano Rajoy vuelve a ser [http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/Diputados/Historia/HistXIILeg investido presidente ] del Gobierno gracias en esta ocasión al voto favorable de C’s y la abstención del PSOE, traumática para el partido.
{{ANEAutoria|Autores= Rafael Durán Muñoz}}
De resultas de las elecciones de mayo de 2014, accedían al Parlamento Europeo 11 candidaturas. Son las elecciones que marcan el comienzo del nuevo sistema de partidos. Por una parte, por la pluralidad de voces representadas. Por otra, porque PP y PSOE, siendo las dos formaciones más votadas, apenas sumaban el 49% de los votos válidos. A la izquierda del PSOE crecía IU (Coalición La Izquierda Plural, 10% del voto) y aparecía un nuevo actor, Podemos (8%), al tiempo que se mantenía una coalición ecosocialista (Primavera Europea, 5%). Pugnando por un espacio electoral común a PP y PSOE, UPyD subía hasta el 6,5% de los votos y conseguía representación C’s, una formación que, como Podemos, se presentaba por vez primera y en solitario. Ver gráfico ''[[:Archivo:Espana Representacion-espanola-en-el-Parlamento-Europeo 2014 graficoestadistico 15869 spa.jpg|Representación española en el Parlamento Europeo]]''.
A pesar de la escasa participación electoral (43,81%, un punto inferior a la de 2009) que se puede observar en el mapa de las ''[[:Archivo:Espana Elecciones-al-Parlamento-Europeo 2014 mapa 15866 spa.jpg|Elecciones al Parlamento Europeo]]'' y a que las europeas son elecciones en que la ciudadanía suele hacer uso en mayor medida del voto protesta, se hacía explícito que el malestar ciudadano no era puntual ni superficial. De acuerdo con el Barómetro de mayo de 2014 ([http://Estudio%20nº%203.024 http://www.cis.es/cis/opencm/ES/1_encuestas/estudios/ver.jsp?estudio=14080Estudio nº 3024] del Centro de Investigaciones Sociológicas), el 83,5% de los encuestados valoraba la situación económica como mala o muy mala y el 78,9% consideraba lo mismo de la situación política. De manera complementaria, si el paro era visto como el principal problema del país, le seguían la corrupción y el fraude y, tras los problemas de índole económica, los políticos en general, los partidos y la política. Se aunaban, pues, crisis económica y crisis de representación: uno de los eslóganes más coreados por el Movimiento 15M fue «No nos representan».
Cerrado el ciclo de elecciones con las generales de 2016, está por ver en qué medida se consolida el nuevo escenario político-electoral.
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