Discusión:Agricultura y pesca

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La pandemia COVID-19 en España. Primera ola: de los primeros casos a finales de junio de 2020

Monografías del Atlas Nacional de España. {{{Contenido}}}


Estructura temática > Efectos sociales, económicos y ambientales > Magnitudes macroeconómicas y sectores productivos > Agricultura y pesca

Mapa de Población ocupada durante la primera ola de la pandemia. PDF. Datos Interactivo.
Evolución de la población ocupada por sectores económicos. PDF. Datos Interactivo.
Evolución de las empresas inscritas en la Seguridad Social por sectores económicos. PDF. Datos Interactivo.
Mapa de empresas inscritas en la Seguridad social por sectores económicos. PDF. Datos Interactivo.

A través del seguimiento de algunos indicadores y variables más destacados de la agricultura, ganadería, silvicultura, así como de la pesca y acuicultura, al igual que de la industria alimentaria, todos ellos registrados en su evolución mensual, se pueden establecer algunas primeras conclusiones acerca de en qué medida la pandemia y las medidas tomadas para atajarla han podido influir en la actividad agraria (en los aspectos sociales, productivos y económicos), bien de manera aguda, suave o irrelevante. Aunque, de entrada, puede afirmarse que en este ámbito de actividad no ha sido tan impactante el efecto.

Donde no parece haber influido es en el aspecto productivo. Las diferentes producciones agrarias no ofrecen síntomas de haberse resentido por ello. Así, por ejemplo, en la producción láctea, además de que los volúmenes de producción son superiores en el año 2020 respecto al 2019 (especialmente en el primer cuatrimestre de ambos años), los ritmos de evolución son muy similares, sin alteraciones destacables. Idénticas conclusiones se desprenden de las curvas comparativas de la evolución de la producción de carne, siendo prácticamente las mismas en el caso de la carne aviar y en la de bovino, también en la de ovino, y algo más dispar, aunque poco, en la de porcino, donde el año 2020 incluso aumentó respecto a 2019.

La respuesta es, sin embargo, especialmente significativa en el caso de la evolución mensual de los parados registrados como demandantes de empleo en el sector agrario. Si en 2019 la tendencia de la evolución fue descendente, en el año 2020, sin embargo, el volumen de parados demandantes de empleo en este sector eclosionó de forma notoria, sobre todo entre los meses que van de febrero a julio, produciéndose a partir de entonces un claro descenso. Por el contrario, el número de afiliados a la Seguridad Social en el sector agrario no ofrece variaciones de ritmo ni de volumen. La evolución en ambos años es muy similar, por lo que no parece que la pandemia impactase o influyese de forma clara y decidida en esta variable, y ello a pesar de que entre marzo y abril de 2020 (fase aguda de la pandemia) descendieran los afiliados hasta alcanzar prácticamente la misma cifra que un año antes. Pero ahí terminan las diferencias.

Idéntica situación parece detectarse en la evolución de los afiliados a la Seguridad Social dentro de la industria alimentaria. Si bien está claramente relacionada con la actividad del sector agrario, sin embargo son diferentes, pues entre trabajar en dicho sector directamente o como empleado asalariado en el sector industrial relacionado con esas producciones las circunstancias son distintas. En el año 2020 se notó inicialmente un descenso en el momento más duro de la pandemia, de febrero hasta abril, con una caída muy notoria del volumen de afiliados, a pesar de que en el primer trimestre de 2020 la cifra de afiliados era superior a la registrada en el mismo periodo del año anterior. Pero, pasados esos tres primeros meses de 2020, el dato rebotó y repuntó, aumentando de forma constante, aunque con un número inferior en todo ese tiempo a lo ocurrido un año antes. El reverso de esa situación, lógicamente, se vive en la evolución de los afiliados en ERTE, tanto en el sector agrario como en la industria alimentaria, pues el descenso en las cifras en ambos se produce al tiempo que en las mismas fechas repunta el volumen de afiliados a la Seguridad Social.


Caso asturiano

El análisis de la situación generada por la COVID-19 a lo largo de los primeros meses de la pandemia en el sector pesquero asturiano, utilizando tres parámetros (volumen, valor y precio unitario de las capturas) y comparándolo con la evolución de estos desde el año 2015, arroja algunas anomalías a las que, en principio, cabría, a modo de hipótesis, buscar su posible explicación en la situación excepcional vivida, aunque finalmente todo parece indicar que tal relación debe ser descartada. Frente a la situación de normalidad observable al comienzo y al final del periodo analizado, el incremento de las capturas y del valor en febrero-marzo en 2020 hay que relacionarlo con una campaña excepcionalmente buena de la caballa.

Sin embargo, el comportamiento que se observa en el mes de mayo (subida muy notable de las capturas y del valor con respecto a la media, pero caída muy relevante del precio unitario) invita a indagar su posible relación con la situación derivada de la COVID-19. No obstante, los resultados de la indagación descartan tal relación, ya que la anomalía obedece sencillamente a un cambio de las pautas de captura de la anchoa: vedada parcialmente entre 2015 y 2019, el fin de las limitaciones disparó las capturas y el valor y propició una caída del precio unitario, que de 7,2 €/Kg en 2015 pasó a 1,52 en 2020.


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Texto: Xxx. Véase la lista de participantes


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Bibliografía

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