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Los núcleos del sistema urbano español inferiores a 100.000 habitantes ejercían su influencia política y económica sobre un entorno marcadamente ruralizado y dependiente, con población laboral adscrita de forma mayoritaria al sector primario, tónica dominante en la España preindustrial. Cuando la industrialización desarrollista pasó de largo, los centros urbanos capitalinos y, en menor medida, las cabeceras comarcales, reforzaron el protagonismo del sector secundario (construcción) y del terciario (administrativo y comercial), como alternativas funcionales. Esta era la situación de buena parte de la España interior, donde las agrovillas (Campesino, 2012) mantenían fisonomías urbanas, pero esencia rural.</br>
Así, durante los últimos 60 años, el sistema urbano ha madurado debido a muchos cambios y de toda índole. El desarrollo industrial en polos favoreció un fuerte éxodo rural generalizado y una equivalente concentración urbana en pocas ciudades. Posteriormente, la democratización del Estado a partir de 1978 y su descentralización promovió un lento pero continuo incremento del policentrismo, sustentado en nuevas infraestructuras. Esto mitigó la pérdida demográfica de algunas regiones y, principalmente en aquellas menos pobladas, ha potenciado a las ciudades designadas capitales autonómicas (Escolano, 2012), anteriormente capitales provinciales salvo Mérida (Extremadura) y Santiago de Compostela (Galicia).</br>
El resultado es que, en el año 2021, un 79,72% de la población en España es urbana. El incremento poblacional entre 1960 y 2021 ha sido de 16.872.259 habitantes, periodo en el que los municipios con más de 10.000 habitantes han sumado 20.480.695 de efectivos. Su número también ha aumentado considerablemente hasta los 759 municipios sobre un total de 8.131, lo que significa que su peso relativo se ha duplicado (del 4,54% en 1960 ha pasado al 9,33% en 2021). Como muestra el gráfico ''[[:Archivo:Enelaboracion.jpg|Variación de los municipios de más de 10.000 habitantes por comunidades autónomas]]'', en los últimos 25 años, este cómputo ha añadido 142 municipios, ubicados mayoritariamente en las comunidades autónomas más pobladas (Andalucía, Cataluña, Comunitat Valenciana y Comunidad de Madrid) o algunas bajo el influjo de la capital nacional, como Castilla-La Mancha. Solo el Principado de Asturias y Galicia, ambas con un poblamiento muy disperso, han sufrido un retroceso en el número de municipios de más de 10.000 habitantes desde 1996.</br>
Si bien los dos nodos principales de la jerarquía urbana no han cambiado, sí lo ha hecho su valor relativo. Desde 1960, Madrid ha sumado más de un millón de residentes, mientras que Barcelona, con un término municipal prácticamente colmatado, apenas ha crecido. Esto ha implicado que, en 2021, en comparación con 1960, acumulen un 2,16% menos población sobre el total nacional (4.905.010 habitantes de 47.400.798). Por el contrario, sus periferias sí han crecido de manera notable, al igual que el número de ciudades con más de 500.000 habitantes, que ahora son cuatro (València, Sevilla, Zaragoza y Málaga) y suman 2.732.675 habitantes.</br>
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