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Fecha y hora | Miniatura | Dimensiones | Usuario | Comentario | |
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Metadatos
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Autor | Atlas Nacional de España (ANE) |
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Anchura | 1555 px |
Altura | 1141 px |
Bits por componente |
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Composición de pixel | RGB |
Orientación | Normal |
Número de componentes | 3 |
Resolución horizontal | 150 ppp |
Resolución vertical | 150 ppp |
Software usado | Adobe Photoshop CS5 Windows |
Fecha y hora de modificación del archivo | 15:33 7 mar 2019 |
Versión de Exif | 2.21 |
Comentarios de usuario | Algunos sectores de la producción manufacturera atravesaron durante el seiscientos una situación, en líneas generales, crítica. El fenómeno de despoblación que sufrieron numerosos núcleos urbanos en los que se habían desarrollado industrias en la centuria anterior, pero también otros factores, como, por ejemplo, la coyuntura por la que atravesó la agricultura, la debilidad de muchos subsectores industriales o cuestiones que pueden achacarse a la idiosincrasia específica del país, particularmente de los poseedores de capital o de bienes capaces de convertirse en capital inversor y productivo ayudan a explicar esa realidad. A este respecto, los teorizadores de la historia se suelen referir, al menos al hablar de nuestro siglo XVII, a una cierta mentalidad católica en relación con el uso y el interés del dinero, la dejación de las ideas personales frente a ciegas aceptaciones dogmáticas, incluso a determinada concepción del trabajo y las actividades productivas (“mentalidad ociosa” propia, dicen, del sur europeo), frente a la mentalidad protestante, que estimula el trabajo, el esfuerzo, la creatividad, la revalorización del capital, la empresa productiva, la capacidad de iniciativa individual, promovida, dicen, por el libre examen y la libre interpretación de las ideas.En cualquier caso, dejando aparte interpretaciones teóricas, lo cierto es que los subsectores tradicionales de la industria española fueron los que acusaron una mayor caída de la producción. En la industria textil, las notas distintivas fueron la escasa renovación técnica, la rigidez que suponía el sistema gremial de cara, especialmente, a la producción de bienes y la presión fiscal, siempre presente en las diferentes fases del proceso productivo, así como la fuerte dependencia del exterior. Tanto la industria lanera como la industria sedera conocieron una significativa contracción respecto a la centuria anterior, en la que sus famosos productos habían sido protagonistas, junto a otros, de las fructíferas ferias de Castilla del siglo XVI, de carácter internacional. Y es que, aunque se mantuvieron en activo algunos centros, los niveles que alcanzó la producción en ellos se encontraban muy lejos de los alcanzados en la centuria precedente. La industria metalúrgica atravesó por una situación, en general, de retroceso. Cabe destacar sin embargo cómo, frente a la producción atomizada de las numerosas ferrerías existentes, la instalación de nuevas técnicas de fundición y forja, en esa centuria, supusieron una innovación que resultó significativa respecto a la producción. Mención especial requieren las ferrerías vascas del siglo XVII, en tanto en cuanto no atravesaron por una situación de crisis sino más bien de cambios, así como mención requiere también la cuchillería de Albacete y la de Toledo, famosa desde el siglo anterior por la producción espadera. La construcción naval sufrió un claro retroceso digno de mención, y que tuvo que ver con el elevado coste de las materias primas, la pérdida de relevancia de la carrera de Indias, la decadencia de la pesca y la fabricación de barcos de grandes dimensiones y menos operativos que los fabricados en el extranjero. En cambio, comenzó a desarrollarse la construcción naval en las posesiones americanas.Sin embargo, la crisis que atravesó la industria en el siglo XVII no afectó por igual a todos los subsectores manufactureros. Se explica así que, frente a esa fase depresiva que atravesaron las industrias tradicionales, otras, que fueron capaces en buena medida de satisfacer la demanda interior sin tanta necesidad de recurrir a las importaciones, evolucionaron de un modo distinto. Fue el caso de industrias como la de la cerámica, el vidrio, el jabón, la construcción, el cuero o el papel, conociendo esta última un desarrollo importante en este siglo como consecuencia de la demanda que se producía por la infatigable burocracia. En algunas de estas industrias, incluso, se llegaron a adoptar nuevas técnicas fabriles.En ese panorama general, un hito importante se produjo en 1679 con la creación de la denominada Junta General de Comercio, que buscaba proseguir las líneas marcadas desde el colbertismo francés. Entre los objetivos prioritarios de dicha Junta, así como de las que se fueron creando en distintos núcleos urbanos a finales de la centuria, se encontraba el incentivar la producción manufacturera mediante el fomento de sistemas de producción en régimen de monopolio, las exenciones fiscales y la atracción de mano de obra y tecnología extranjera. En relación con ello, distintos extranjeros, sobre todo franceses y flamencos, pero también algunos hispanos, emprendieron toda una serie de proyectos que, aunque en ocasiones no llegaron a convertirse en realidad, o bien acabaron fracasando, intentaron servir de estímulo ante la depresiva situación en algunos sectores. No obstante, y a pesar de todos esos intentos, la debilidad siguió siendo el rasgo definidor de múltiples subsectores económicos en la España del siglo XVII. Debe ser motivo de reflexión el que Juntas locales e instalaciones fabriles promovidas por extranjeros tuvieron lugar en la época que los hechos identifican como de insoslayable decadencia: los últimos años del reinado de Carlos II. A este respecto parece oportuno señalar que en nuestros días se está produciendo una cierta “revisita historiográfica” al siglo XVII español. |
Espacio de color | Sin calibrar |
Fecha y hora de la digitalización | 11:14 30 may 2018 |
Fecha en la cual fueron modificados por última vez los metadatos | 16:33 7 mar 2019 |
Id. único del documento original | uuid:bc9bb2d2-96da-4fa2-92eb-bbf18ca58a08 |
Título breve |
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Palabras clave | producción en la edad moderna |
Versión IIM | 55 939 |