Diferencia entre revisiones de «Historia»

De Atlas Nacional de España
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Revisión del 06:21 16 abr 2019



Estructura temática

Introducción

Esta sección se constituye, por la propia lógica de su presencia dentro del Atlas Nacional, con un único tema. Y se denomina, definiendo con ello el sentido de esta presencia, «Referencias históricas», porque mapas y textos sólo pretenden otorgar un significado temporal a los contenidos geográficos que puedan necesitarlos. Y es que el término «referencia» no quiere decir más que relación, filiación, base o apoyo para una comparación y, en definitiva, información en este caso de carácter previo temporal, que enmarca y encuadra un conocimiento.

El único tema sí se divide, en cambio, en subtemas. Y la elección de cuáles podrían ser, se ha resuelto recurriendo a la secular clasificación en edades, de tan arraigada tradición que, por ello mismo, nos parece que sirve, más adecuadamente que cualquier otra, a los propósitos expuestos. Para cumplirlos, los contenidos de los subtemas se han decidido con intenciones muy específicas en cada caso.

En el de Prehistoria, los autores han enfocado su trabajo hacia la presentación de los yacimientos peninsulares encontrados hasta hoy. No se trataría, en sus objetivos, de expresar un conocimiento de la Prehistoria, sino de exponer las fuentes que están permitiendo llegar a ese conocimiento y, a partir de ellas, en una sucesión temporal, presentar áreas de identificación y clasificaciones en el tiempo. El caudal que hemos querido dar a este subtema se expresa en las largas relaciones de yacimientos que se presentan vinculadas a los mapas, con vocación de exhaustividad hasta donde nos ha sido posible.

Las edades Antigua y Media se han resuelto, ciertamente con una apariencia formal tradicional, pero dando en ellas mucho peso a la estructura, articulación, ocupación y poblamiento del territorio. Es así como responden muy decididamente a este propósito, a nuestro juicio, mapas muy particulares: el de las villas romanas, el de las repoblaciones (en plural), o la apertura del Estrecho, detalle del mapa Consolidación de los reinos cristianos y su expansión; cuadros bastante infrecuentes, como el de los pactos medievales para el reparto del espacio, e incluso topónimos absolutamente inusuales, como el conjunto de Portus y Calem (mapa Articulación territorial Al-Ándalus. Emirato independiente y siguientes). Y nótese cómo, en la misma línea, hemos dado relieve, en la Edad Media, a la articulación territorial del islam español en kuras o en reinos de taifas, de tan potente presencia que, aunque la España musulmana estuvo la mayor parte de su historia bajo una estructura de poder única, la presencia profunda de la distribución territorial fue tan grande, que pasó a formar parte de la denominación de las monarquías hispánicas durante siglos: reyes de Castilla o Aragón, pero también de Toledo, Sevilla, Jaén, Valencia, Mallorca…

Respecto a la Edad Moderna es de destacar que se han mantenido los mismos criterios expuestos. Tal ocurre, por ejemplo, con el cuadro referente a la Unión dinástica de Aragón y Castilla en el siglo XV, con la ilustración de la cosmología colombina y el mapa El reparto del espacio terrestre: Tordesillas y Zaragoza con la representación del meridiano/antimeridiano, o con los mapas de referencias culturales del siglo XVIII. La apariencia formal tradicional que veíamos en la Edad Media se pierde a partir de esta época porque, articulado el territorio español desde el siglo XVI tal y como hoy lo concebimos, se trataría ahora de representar, directamente, cuestiones de población, poblamiento y sociedad, de actividades productivas y económicas o de transportes y comunicaciones. A partir del siglo XV comenzamos a incluir cuadros cronológicos de la monarquía: trastámara, austríaca o borbónica.

Finalmente, la Edad Contemporánea tiene también su propia personalidad en esta sección. Ello se refleja en aspectos como la clasificación específica en una propuesta de posible periodización, la introducción de cuadros cronológicos mucho más precisos para cada uno de estos periodos, o en la aparición de mapas que podríamos considerar también infrecuentes como aquellos que, en la etapa de la dictadura franquista, afectan a la represión política o se refieren a movimientos de población que, conjuntamente, tienen que ver con planificaciones energéticas, agrarias o industriales.