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[[Archivo:Espana Poblacion-y-densidad-de-poblacion 1900 mapa 14663 spa.jpg|left|thumb|none|300px|Evolución de los viajes por persona durante la primera ola de la pandemia.[http://centrodedescargas.cnig.es/CentroDescargas/busquedaRedirigida.do?ruta=PUBLICACION_CNIG_DATOS_VARIOS/aneTematico/Espana_Poblacion-y-densidad-de-poblacion_1900_mapa_14663_spa.pdf PDF]. [http://centrodedescargas.cnig.es/CentroDescargas/busquedaRedirigida.do?ruta=PUBLICACION_CNIG_DATOS_VARIOS/aneTematico/Espana_Poblacion-y-densidad-de-poblacion_1900_mapa_14663_spa.zip Datos] [https://interactivo-atlasnacional.ign.es/index.php#c=indicator&i=r_3_t.r_3_t&i2=c_43_t.c_43_t&s=1900&s2=1900&t=A02&t2=A02&view=map9 Interactivo. ]]]La relevancia de la movilidad se asienta en el impacto y la trascendencia que los transportes tienen en la calidad de vida de nuestras sociedades. La globalización cada vez más presente en los intercambios y los cambios derivados de la logística se encuentran estrechamente vinculados al transporte físico de personas, mercancías e información y provocan la hipermovilidad generalizada, multiplicando enormemente los viajes en un contexto económico mundial de flujos. España desarrolla una intensa movilidad por el necesario abastecimiento material a las industrias y servicios a la población y por la potente actividad turística, junto con los desplazamientos que sostienen el flujo interpersonal. Entre ellos destacan las relaciones familiares y profesionales o las propias que se dan como consecuencia del consumo de bienes culturales o deportivos, entre otros. La pandemia COVID-19 y la proclamación del estado de alarma con el subsiguiente confinamiento domiciliario de la población a partir del 14 de marzo de 2020, para limitar la transmisión del virus, provocó la interrupción brusca del flujo de mercancías, pero sobre todo de personas, al igual que en la mayor parte de países desarrollados. Solo funciones esenciales que asegurasen la continuidad del abastecimiento vital y atención imprescindible a la población quedaron al margen de la paralización social y económica del país. De ahí que, en el inicio de la denominada ''hibernación económica no esencial'', del 30 de marzo al 9 de abril, casi el 60% de la población no realizó ningún viaje, el 5% uno, el 15% dos, cuando a finales de octubre de ese mismo año los porcentajes fueron del 46%, 7% y 29% respectivamente, siendo un 43% de los viajes entre 0,5 y 2 km, mientras un mes antes estos eran solo del 35% de los desplazamientos (Martos, 2020). Todas las limitaciones de movilidad adoptadas han generado una mayor concienciación social sobre la importancia de la misma, a la vez que han evidenciado el sacrificio que supone para la ciudadanía renunciar a ella, aunque sea parcialmente (Báguena, 2020).
El capítulo se estructura en varios apartados. Transporte por carretera y ferrocarril, movilidad urbana en modos colectivos motorizados, transporte aéreo y marítimo y, para concluir, el análisis de la movilidad a través de la telefonía móvil. Siempre son presentados con el priorizado interés por visualizar el cambio operado en la movilidad entre el periodo de referencia coincidente con flujos catalogados de normales, que en este caso se sitúa entre los meses de marzo a junio de 2019, y la movilidad acaecida en la primavera de 2020, es decir, la primera ola de la pandemia COVID-19 y el confinamiento domiciliario de la población. Todos los modos de transporte han presentado sus mayores descensos en los meses de abril y mayo, con algunas excepciones. Por segmentos, el transporte de pasajeros se ha visto mucho más afectado que el de mercancías, con un comportamiento más alcista en todos los modos (Martos, 2020). Y por modos, el aéreo es el que más dificultades está teniendo para recuperarse.