Diferencia entre revisiones de «Pesca y acuicultura»
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Revisión del 12:26 29 abr 2022
España en mapas. Una síntesis geográfica
Compendios del Atlas Nacional de España.
Estructura temática > Actividades productivas y económicas > Actividades agrarias y pesqueras > Pesca y acuicultura
En el ámbito de la Unión Europea, España se sitúa en los primeros lugares por total de capturas de pesca (volumen en toneladas de peso vivo), también por flota, junto con países como Dinamarca y Reino Unido, los tres estados miembros donde más peso alcanza esta dimensión (entre ellos reúnen más del 40% del total de capturas). Sin embargo, el sector de la pesca marítima en España ha experimentado en poco más de un cuarto de siglo una sensible reducción de peso económico de su producción, de empleo u ocupación y de flota utilizada, aspectos estos dos últimos (empleos y número y tipos de buques que componen la flota pesquera) que, en consonancia con la misma actividad y con las políticas estatal y comunitaria que la regulan, han conocido un fuerte proceso de transformación y reconversión. Para ello se ha contado con la habilitación y dotación de ayudas e instrumentos promovidos desde la Unión Europea a tales fines (el que fuese Instrumento Financiero de Orientación Pesquera, el IFOP, vigente entre 1993 y 2006, sustituido por el actual Fondo Europeo de Pesca, vigente desde 2007). Si en 1990 la actividad o sector pesquero aportaba el 0,5% de la producción bruta nacional y concentraba el 0,7% de los empleos, en 2015 tales porcentajes habían descendido al 0,09% y 0,19% respectivamente (según la Encuesta Económica de Pesca Marítima), lo que evidencia una actividad donde la productividad es baja. De hecho, el volumen de empleo en la pesca marítima en tan solo 13 años (2002-2015) se ha reducido a la mitad, pasando de 60.000 unidades de trabajo anuales (una unidad de trabajo anual equivale a un puesto de trabajo a jornada completa en cómputo anual) a 30.000.
Sin embargo esta actividad, y las industrias inducidas a partir de la misma, tienen una importancia muy destacada especialmente en algunas regiones (comarcas y municipios costeros de Galicia, cornisa cantábrica, Canarias, sudoeste atlántico andaluz, mediterráneo andaluz y fachada oriental de España), que marca su perfil geográfico y socioeconómico, reafirma su especialización productiva y refuerza la personalidad territorial. El carácter marítimo del territorio español encuentra en estas regiones y puertos pesqueros su expresión máxima (Pasajes, Bermeo, A Coruña, Marín, Vigo, Huelva, Cádiz, Barbate, Motril, Las Palmas o Castellón, entre muchos otros). En las estadísticas oficiales se agrupan en cuatro conjuntos: Cantábrico-noroeste (todas las costas gallegas –el noroeste– más la región cantábrica –desde el Eo hasta el Bidasoa–); Mediterráneo, la más amplia en longitud (se extiende desde el cabo de Creus hasta La Línea de la Concepción, incluyendo asimismo Ceuta y Melilla y la región balear); Golfo de Cádiz (la región suratlántica, entre Ayamonte y La Línea de la Concepción) y Canarias. Además, las aguas atlánticas y las mediterráneas ofrecen condiciones distintas (de salinidad, de temperatura) que diversifican las especies y las capturas y, en consecuencia, la productividad. Las cuatro zonas antes señaladas forman el caladero nacional (o aguas nacionales, que discurren desde la costa hasta la línea exterior de 200 millas náuticas y delimitan la denominada Zona Económica Exclusiva, ZEE), muy sobreexplotado; es aquí donde faena la flota de bajura, en corta distancia, con un día de duración de estas labores, regresa en la misma jornada a puerto y opera en la plataforma continental. La pesca de altura se practica a media distancia y durante varios días, y la de gran altura a larga distancia y varios meses, ambas en otros caladeros internacionales.
Atendiendo a la infraestructura y a las técnicas en que se basa la actividad pesquera, las principales variables que han de ser consideradas para un mejor y más completo conocimiento y una valoración más ajustada de las condiciones en que se desarrolla son el número total de buques, su capacidad de carga medida en toneladas brutas (el arqueo), la eslora (largo o longitud) que alcanzan, su potencia (en caballos de vapor), su antigüedad y los tipos de artes de pesca (entendidas como conjunto de técnicas y métodos utilizados para capturar las especies pesqueras). Galicia es la región que tiene una flota más amplia (cerca de la mitad del total de buques de toda España), seguida ya de forma más distanciada por Andalucía (prácticamente un 16%) y Canarias y Cataluña (con casi un 9% cada una). Por arqueo, sin embargo, si bien Galicia sigue detentando los máximos valores (aunque en un porcentaje ligeramente menor al del número de buques), es la flota pesquera del País Vasco (que reúne proporcionalmente muy pocos buques) la que ocupa el segundo lugar, con una quinta parte de todo el arqueo de la flota pesquera española, seguido por Andalucía (la mitad de lo que representa el País Vasco), Canarias y Cataluña. Y sucede prácticamente lo mismo con la potencia.
Capturas de pesca Las capturas de pesca marítima de la flota española han mostrado un viaje de ida y vuelta en los últimos 25 años. Así, desde principios de los años 90 del siglo pasado hasta mediados de la primera década de este siglo se asistió a una tendencia decreciente que ha revertido en los últimos años, aunque sin alcanzar los valores máximos. España logra en torno a un tercio de sus capturas en las zonas FAO del Atlántico Norte Oriental; el Atlántico Sur Occidental, el Mediterráneo y el Atlántico Centro Oriental son los otros sectores sobresalientes por peso de las capturas. En el Mediterráneo la evolución es regresiva, mientras que la zona que muestra una tendencia más positiva es el Atlántico Sur Occidental. En el Atlántico y en el Mediterráneo las capturas son bastante diversas, mientras que en el resto de sectores de pesca hay una cierta especialización en atunes, bonitos y agujas. |
Respecto a la relación y características de la flota española con las artes de pesca desarrolladas, ha de señalarse que la pesca artesanal o de artes menores (las frecuentemente utilizadas en zonas litorales no muy alejadas de la costa, en pesquerías de bajura y de aguas interiores) emplea muchos buques -poco más de las tres cuartas partes del total- pero de muchísimo menor arqueo y también con una eslora media más reducida, mientras que la pesca de arrastre, de cerco y de palangre es de mucho mayor arqueo (cerca del 70% del total) y eslora, empleando, por el contrario, bastantes menos buques (una quinta parte). El arrastre lo constituyen unas redes que comprenden un cuerpo en forma de cono, cerrado por un copo o saco que se ensancha en la boca mediante alas y pueden ser remolcadas por una o dos embarcaciones. El cerco es un sistema de pesca en el que una embarcación rodea a un banco de peces con una gran red, que después cierra por debajo, cercando y atrapando a los peces en su interior.
El palangre es el arte de pesca formado por un cabo madre o principal que se extiende paralelo a la superficie del mar y que puede alcanzar bastantes kilómetros de longitud; de esa línea madre cuelgan brazoladas de cabo con anzuelos al final de los mismos. La flota pesquera española tiene una antigüedad media de 30 años, siendo la que se emplea en las artes menores la que supera esta media (poco más de la mitad de sus buques superan los 30 años y algo más de un tercio sobrepasa los 40); la dedicada a las artes fijas (redes que se colocan fijas en un lugar determinado de la costa para interceptar el paso de los peces u otros animales marinos y a cuya captura están destinadas), así como a las redes de enmalle (red rectangular con flotadores por arriba y plomos en su parte inferior) son las menos antiguas (15 y 17 años respectivamente). Por comunidades autónomas, son los buques de Canarias, Galicia, Murcia, Ceuta y Cataluña (por este orden) los de mayor antigüedad, sobrepasando los 30 años como media en todos ellos. Frente a ellos, los buques de las regiones cantábricas (País Vasco, Cantabria y Asturias) no superan los 20 años como valor medio.
Por su parte, la acuicultura se ha convertido en parte de la alternativa al esquilmo y sobreexplotación de los caladeros nacionales. Su volumen de empleo es mucho menor, cerca de 7.000 UTA (Unidades de Trabajo Actual), y apenas ha variado en todo lo que va de siglo XXI. La acuicultura marina está especialmente desarrollada en España; las provincias de Pontevedra y A Coruña concentran la mayor parte de los establecimientos (casi el 90% de toda España). Sin embargo, en producción y en valor de la producción, también destacan las provincias de Tarragona, Alicante y Murcia. Doradas, lubinas, rodaballos, mejillón, ostras, langostinos y almejas son las principales especies producidas.
Recursos relacionados
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