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{{ANESubirArriba}}{{ANETextoEpigrafe|epigrafe=Evapotranspiración y balance de humedad}}
Aplicando el método FAO (siglas en inglés de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) de Penman-Monteith, se comprueba que los valores de la ETP muestran estrecha relación con las temperaturas y ponen en evidencia las diferencias entre el norte y el sur peninsular y las variaciones con la altitud. Los valores mínimos se dan en el norte de España, con totales promedio anuales por debajo de los 800 mm, en su mayor parte, e incluso inferiores a los 700 mm en la Cordillera Cantábrica y los Pirineos, en correspondencia con las condiciones térmicas más frías de las áreas de montaña. En la Meseta norte oscilan en torno a los 800-1.100 mm, y aumentan progresivamente hacia el sur y la vertiente mediterránea. En la Meseta meridional, al igual que en el centro de la depresión del Ebro, se superan los 1.100 mm, y cantidades superiores a los 1.200 mm se alcanzan en amplias zonas de Extremadura y la cuenca del Guadalquivir, a causa sobre todo de las altas temperaturas del verano.
Estas condiciones suelen registrarse con cierta frecuencia en la región mediterránea en otoño, cuando las aguas del Mediterráneo presentan una notable anomalía térmica positiva, tras el largo verano. Se originan así precipitaciones torrenciales, responsables de graves inundaciones y riadas. La DANA del 9 al 16 de septiembre de 2019 pasará a la historia como una de las más devastadoras y catastróficas de la historia reciente de España, con un balance de siete muertos y gravísimas inundaciones en numerosos puntos de Cataluña, Comunitat Valenciana, Murcia, Andalucía, Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid y Baleares.}}
{{ANEAutoria|Autores=Alberto Martí Ezpeleta, José María Cuadrat Prats, María Victoria Marzol Jaén}}
{{ANESubirArriba}}{{ANETextoEpigrafe|epigrafe=Clasificación climática}}
En esta clasificación, el norte de España tiene un clima templado lluvioso; en la costa la temperatura de invierno es muy moderada y el verano resulta fresco: es un clima típico Cfb. Hacia el interior se inicia la transición hacia el verano seco (s) y más cálido (a), mientras en las montañas es frecuente la nieve y se llega al clima Df. El clima con verano seco o mediterráneo es el de mayor representación, pero tiene un variado abanico de subtipos. El clima de invierno suave, Csa, es la forma más genuina de influencia marítima, como ocurre en la costa oriental, las islas Baleares y el sur peninsular. Hacia Extremadura y la Meseta sur las condiciones son ya más secas y manifiestan un claro matiz continental. Este aumento de la continentalidad se observa en la cuenca del Duero, donde domina el clima Csb, de verano corto e invierno muy frío. La progresiva degradación del clima mediterráneo hacia condiciones más secas conduce a un clima estepario caluroso (BSh), o frío (BSk) en la Mancha y valle del Ebro, y a condiciones desérticas, tipos BWk y BWh, en el sudeste español. El clima estepario y el desértico domina también en las islas Canarias, salvo en altitud, donde se pasa rápidamente a climas Csa y Csb. El tipo E solo se localiza en alta montaña del Pirineo central.
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