Discusión:Transporte urbano (monografía COVID-19)
Estructura temática > Efectos socioeconómicos y ambientales en España > La movilidad > Transporte urbano
La gran concentración de población en las ciudades y los diferentes modos de transporte con que cuentan obligaron a las instituciones competentes en movilidad a ajustar la oferta de servicio en función de las restricciones a los movimientos de las personas. El autobús, el metro y el ferrocarril de cercanías experimentaron bajadas sustanciosas de tráfico por la restricción en la ocupación de vehículos, por los horarios de los toques de queda y por la caída de la actividad económica no esencial. Igualmente se suspendieron los servicios de bicis públicas y se implementaron ayudas para la adquisición de bicis y patinetes, se ofertaron aparcamientos gratuitos en zonas que eran de pago –con el incremento del uso del vehículo privado–aumentaron los carriles bus y de bicis y las calles peatonales (Báguena, 2020). Los 631,8 millones de pasajeros transportados en autobús urbano en los cuatro meses de referencia de 2019 fueron tan sólo 178,9 millones en 2020, con una disminución del 71,7%. Las pérdidas son mayores en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona que concentran el 50% de la demanda. Si se añaden Andalucía, Comunitat Valenciana, Aragón y País Vasco se alcanza casi el 80% de los pasajeros. El mes de abril del 2020 no registra prácticamente desplazamientos, recuperándose en junio hasta el 58% del pasaje respecto del año anterior.
El metro, presente en pocas ciudades, transportó en los cuatro meses de referencia de 2019, un total de 439,3 millones de pasajeros y sólo 123,9 millones en 2020. El descenso fue como en autobús, del 71,8%. En abril disminuyó un 91% el tráfico mientras en junio alcanzó el 60% de la demanda del año anterior. Aunque el metro no compite con otro tipo de tráfico, al escapar a la congestión, acusa los descensos por la paralización de actividades y la reducción de los servicios. Las dos grandes áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona concentran más del 80% de los desplazamientos. El metro de Bilbao –el de menores pérdidas– y el de València acompañan, a gran distancia, a los metros tradicionales.
Los trenes de cercanías disminuyen en un 70,5% los billetes vendidos. Los 155,5 millones de pasajeros transportados en 2019 se reducen a 45,9 millones para el mismo periodo del 2020. Madrid y Barcelona, con caídas superiores al 70% del pasaje, vehiculan más del 80% de la demanda y le siguen València, con el 3% del tráfico, Málaga, Bilbao y Sevilla.
Los datos relativos al tráfico urbano también se explican por las gestiones llevadas a cabo a tenor de la demanda de transporte. Como son, el incremento de las aplicaciones TIC en los sistemas de pago o en los controles de aforo o la potenciación del teletrabajo y la flexibilización de los horarios de entrada y salida (Báguena, 2020). Asimismo, el cierre temporal de universidades y centros educativos y la potenciación de la educación en línea coadyuvó a las disminuciones del tráfico urbano, aunque el impacto de la reducción de la movilidad no se produce de la misma manera en todos los territorios.
En el área metropolitana de Barcelona, las validaciones de los títulos de transporte en días laborables para acceder a los modos de transporte ferroviario (metro, ferrocarril suburbano y tranvía) puestas en relación con la renta media del territorio donde se produce cada uno de los accesos al sistema demuestran que en barrios de menor renta se duplican los desplazamientos que se realizan en áreas con población de mayores ingresos (27,4% y 13,2% de movimientos respectivamente el 16 de marzo del 2020 respecto de la media de los desplazamientos de enero y febrero) (Checa, J., Martín, J., López, J., y Nel·lo, O., 2020), como se puede observar en la cartografía incluida en el capítulo Comportamientos espaciales diferenciados de esta obra.
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En la página Libros Digitales del ANE puedes descargar la obra completa La pandemia COVID-19 en España. Primera ola: de los primeros casos a finales de junio de 2020.