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Analizar el clima de España supone hablar de diversidad. Existe una amplia variedad de climas en todo el territorio que, a su vez, se manifiestan a través de una multiplicidad de tipos de tiempo y de fenómenos meteorológicos contrastados, incluso entre áreas próximas. Tal diversidad es el resultado de la combinación de factores de tipo atmosférico y geográfico.
[[Archivo:Espana Red-de-estaciones-climatologicas 2013 mapa 13478 spa.jpg|right|thumb|SUSTITUIR Mapa de red de estaciones climatológicas. 2013. España. ]]
Por su latitud, la España peninsular y las islas Baleares se localizan en el límite meridional del dominio templado, en contacto con las altas presiones subtropicales, en una zona con predominio de la circulación de vientos del oeste y sudoeste; en verano, sin embargo, los anticiclones subtropicales dominan la atmósfera aportando una fuerte estabilidad. Una franja latitudinal intermedia, que constituye el área de intercambio energético entre las masas de aire frío polar y las masas de aire cálido tropical, donde se localiza el frente polar. Su oscilación estacional norte-sur y la llegada de borrascas atlánticas asociadas a él suponen continuos y, a veces, bruscos cambios del tiempo atmosférico, característica esencial de buena parte de los climas de España. La variedad climática se acrecienta al pertenecer las islas Canarias al ámbito subtropical-tropical, menos afectadas por las pulsaciones del frente polar, y donde el dominio de las altas presiones es casi constante.