Comercio exterior
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El comercio exterior es una actividad económica que consiste en comprar, vender o intercambiar bienes o servicios entre dos o más estados con el propósito de satisfacer las necesidades de mercado, tanto internas como externas. Está regulado por normas, tratados, acuerdos y convenios internacionales entre los países para simplificar sus procesos y busca cubrir la demanda interna que no pueda ser atendida por la producción nacional.
Empresas exportadoras
La apertura al exterior de la economía española no ha dejado de crecer desde su integración en la Unión Europea. La crisis económica que se inició en 2007-2008 no ha modificado esta tendencia, sino que, por el contrario, la ha incrementado, ya que, tras una breve etapa de estancamiento derivada del impacto de la crisis sobre el tejido productivo, una buena parte de las empresas españolas se han volcado al exterior en respuesta al descenso de la demanda interior.
Así, en el año 2014, se contabilizaron en España 147.845 empresas exportadoras, lo que supone, tras un periodo de constante incremento, un tercio más de las existentes en 2009, en el momento inmediatamente posterior al comienzo de la crisis. A lo largo de este periodo también han aumentado de forma importante las denominadas empresas exportadoras regulares, que se definen como aquellas que muestran un comportamiento exportador continuado, es decir, que se caracterizan por haber exportado durante los cuatro últimos años consecutivamente, y que en el caso español representan en torno al 93% del total exportado.
Sin embargo, el comportamiento no ha sido geográficamente uniforme. El número de empresas exportadoras en una región depende del volumen de actividad económica, pero también de la propensión a exportar, variable que está muy relacionada con las características de la empresa, incluyendo el sector económico en que opera, la cualificación de sus recursos humanos, y su tamaño y capacidad financiera. Así, las provincias que en 2014 tenían un mayor número de empresas exportadoras eran Barcelona, Madrid y Valencia, seguidas por otros potentes centros de actividad económica como Alicante, Bizkaia, Cádiz, Murcia, Pontevedra o Zaragoza. Pero, como indica la gradación de color que aparece en el mapa de Empresas exportadoras, existen grandes diferencias en el peso que suponen las empresas exportadoras en el total, cosa que no puede achacarse exclusivamente al tamaño del sistema productivo. Las provincias en donde las empresas tienen mayor propensión a exportar (más del 8% muestra este comportamiento) son Castellón, Álava, Barcelona, y Cádiz. En segundo lugar, destacan las provincias de La Rioja, Navarra, Madrid, Lleida, Valencia y Alicante. En términos generales, es posible identificar una pauta geográfica que apunta a un comportamiento exportador más intensivo de las provincias del eje mediterráneo, desde Girona hasta Almería; del eje del Ebro desde Cataluña hasta el País Vasco, incluyendo Navarra y Burgos; las provincias occidentales andaluzas; y Madrid y Guadalajara en el centro peninsular.
Los sectores en que se ubican estas empresas están estrechamente relacionados con la especialización productiva provincial. Así, en Barcelona, Madrid y Valencia destacan el sector de bienes de consumo duradero, la fabricación de bienes de equipo y semimanufacturas, así como el sector denominado otras mercancías, sector en el que llama la atención el elevado número de empresas exportadoras de la provincia de Álava. Otras especializaciones que destacan son los productos semimanufacturados en la provincia de Castellón, los bienes y manufacturas de consumo duradero en Alicante, y los productos de alimentación, bebidas y tabaco en Murcia, Almería y Pontevedra.
Una parte importante de las empresas exportadoras pertenece al sector industrial. Dentro de este ámbito, la tendencia a partir del año 2010 ha sido también creciente en todos los subsectores, aunque el aumento ha sido especialmente intenso en los sectores de bienes de equipo y de otras mercancías.
La competitividad de las empresas industriales en el exterior está estrechamente relacionada con el nivel tecnológico de sus productos, que repercute habitualmente en el valor de las mercancías, como se observa en el mapa Empresas exportadoras industriales. A este respecto, una distinción frecuentemente utilizada es la que se establece entre los sectores industriales según la intensidad en investigación y desarrollo (I+D) de su proceso productivo, medida como la relación de los gastos en I+D respecto del valor de la producción. La primera clasificación de este tipo fue la realizada por la OCDE a mediados de los años noventa (OCDE, 1995); la Unión Europea, a través de Eurostat, ha realizado posteriormente adaptaciones al ámbito europeo (EUROSTAT, 1999). De acuerdo con esta clasificación, los sectores y productos que constituyen la denominada alta tecnología se pueden definir, genéricamente, como aquellos que, dado su grado de complejidad, requieren un continuo esfuerzo en investigación y una sólida base tecnológica. Los indicadores de alta tecnología son una medida de los resultados y del impacto de la I+D y constituyen una herramienta de gran utilidad para el análisis de la competitividad e internacionalización de la economía.
A este respecto, entre las empresas exportadoras españolas predominan dos grupos principales: aquellas que pertenecen a los sectores de tecnología media-alta, y las incluidas en los sectores de tecnología baja. La mayor parte de las provincias españolas presentan este perfil en mayor o menor medida; sólo en el caso de las provincias de Barcelona y Madrid se encuentra un grupo significativo de empresas exportadoras en sectores de alta tecnología.
Evolución y estructura sectorial del comercio exterior
La economía española se encuentra hoy totalmente imbricada en las redes comerciales internacionales. El impacto de la crisis económica sobre el aparato productivo y sobre la capacidad de gasto de la población supuso un importante retroceso del volumen y valor de las mercancías importadas y exportadas, especialmente intenso en los años 2009 y 2010.
Sin embargo, los niveles de exportación se recuperaron muy rápidamente a partir de esta fecha, debido a la estrategia implementada por muchas empresas españolas que, ante el descenso de la demanda en el mercado interior, se volcaron en los mercados internacionales. En consecuencia, ya en 2010 el valor de las exportaciones alcanza los niveles de 2008, previos a la crisis, y este no ha dejado de aumentar desde el año 2009. Aunque el incremento afecta a todos los sectores, los que presentan tasas de crecimiento más elevadas son los que inicialmente suponían un peso menor; esto es: alimentación, bebidas y tabaco, productos semimanufacturados, bienes de equipo, y otras mercancías, lo que ha redundado en una mayor diversificación de los productos exportados.
Por comunidades autónomas, Cataluña ocupa el primer lugar en cuanto al valor de sus exportaciones, que supone en torno a la cuarta parte del total de España. En su estructura exportadora ocupan un lugar relevante los sectores de alimentación, bebidas y tabaco, que suponen más de la mitad del total, y los productos semimanufacturados, con especial peso del sector químico. El segundo lugar, lo ocupan las comunidades autónomas de Madrid, Andalucía, Comunitat Valenciana y País Vasco, que suponen cada una en torno a un 10% del valor total de las exportaciones españolas. Estas regiones presentan una estructura muy contrastada, ya que mientras en Andalucía el sector de alimentación, bebidas y tabaco ocupa un lugar destacado, en el País Vasco y Madrid tiene un peso importante la producción de bienes de equipo y productos semimanufacturados. Por su parte, la Comunitat Valenciana ofrece un perfil más diversificado, con un fuerte peso de los productos alimentarios, los productos semimanufacturados, y el sector del automóvil.
El crecimiento de los últimos años ha favorecido especialmente a algunas de las comunidades con niveles medios de exportación, como la Comunitat Valenciana, Murcia, Navarra y Castilla-La Mancha; mientras, el valor de las exportaciones de Cataluña ha permanecido prácticamente estancado entre 2012 y 2014, y el de Madrid se ha reducido ligeramente. También se ha reducido el valor de las exportaciones de Illes Balears y Canarias.
Gran parte de las diferencias territoriales en el valor de exportaciones se deriva del tipo de productos exportados y, en particular, de su nivel de intensidad tecnológica, que redunda en un mejor posicionamiento y precios mayores en el mercado internacional. Este hecho resulta notorio en la distribución geográfica del valor de las exportaciones industriales: los productos exportados con mayor intensidad tecnológica proceden especialmente de la Comunidad de Madrid, y, en menor medida, de Cataluña. En conjunto, es posible encontrar cuatro tipos de perfiles regionales en relación con la exportación de productos industriales: regiones con predominio de productos de intensidad tecnológica alta y media-alta (Madrid), comunidades autónomas con predominio de exportaciones industriales de intensidad tecnológica media-alta (Cataluña, Comunitat Valenciana, Castilla y León, Navarra e Illes Balears); comunidades especializadas en sectores de intensidad media-alta y media-baja (País Vasco, Cantabria, y Canarias); y regiones cuya exportación se basa en sectores de intensidad baja o media-baja (Andalucía, Asturias, Murcia, Galicia, Castilla-La Mancha, La Rioja, y Extremadura).
Por su parte, las importaciones han seguido una evolución marcadamente diferente, síntoma de la debilidad de la recuperación de la demanda del mercado interior español como se observa en el gráfico Evolución del valor de las importaciones. El retroceso de las importaciones fue especialmente sensible en 2009 en el caso de los sectores más relacionados con la demanda del sistema productivo; es decir, los productos energéticos, los productos semimanufacturados y los bienes de equipo. La recuperación de los años 2010 y 2011 afectó principalmente a la demanda de productos energéticos y productos semimanufacturados, pero se estancó posteriormente ante la escasa recuperación de la demanda y la prolongación de la crisis para empresas y población. Tras la leve recuperación de 2010 y 2011, el valor de las importaciones ha vuelto a descender durante los años 2012 y 2013, y aunque en 2014 volvió a aumentar, España está lejos aún de los valores máximos alcanzados en 2007 (más de 275.000 millones de euros). Los datos más recientes apuntan a la prolongación de esta situación de estancamiento
Territorialmente, el volumen de importación está relacionado con el tamaño demográfico y del sistema productivo, siendo Cataluña, Madrid, Andalucía, Comunitat Valenciana y País Vasco las comunidades autónomas con el valor de las importaciones en 2014 más elevado. Los productos energéticos tienen un peso importante en el valor de las importaciones de la mayor parte de las regiones, en particular de Andalucía, Murcia, País Vasco (porque cuentan en su territorio con grandes puertos especializados en la importación de crudo), y Canarias. Por su parte, los productos semimanufacturados y bienes de equipo ocupan una gran parte del comercio de importación en regiones industriales como Madrid, Cataluña y la Comunitat Valenciana, mientras que el comercio intraindustrial del sector del automóvil explica el peso de este sector en Castilla y León, Galicia y Navarra; así como, con un menor nivel de especialización, en Cataluña, Comunitat Valenciana y Aragón.
Un aspecto adicional a considerar son las diferencias en cuanto al nivel tecnológico de exportaciones e importaciones, que podrían apuntar a la existencia de relaciones de intercambio desigual entre las distintas regiones españolas y el resto del mundo. A este respecto, en la mayor parte de las comunidades autónomas el perfil tecnológico de las importaciones industriales es muy similar al de las exportaciones de este mismo sector, cuando no se aprecia un peso mayor de los productos de tecnología baja en las importaciones que en las exportaciones. Esto, además de subrayar la importancia adquirida por el comercio intraindustrial en las relaciones de intercambio, permite deducir que, en lo que respecta a los productos industriales, el conjunto de las regiones españolas mantiene una posición competitiva relativamente ventajosa en relación con el comercio internacional.
Para finalizar este tema, hay que subrayar que la evolución reciente indica una divergencia de comportamiento entre las comunidades autónomas de Canarias, Asturias, Andalucía, Murcia y Navarra, en las que la evolución de las importaciones ha sido negativa, y el resto, en donde las importaciones se han incrementado, lo que apunta a una cierta recuperación económica. En este sentido, destaca el crecimiento de las importaciones experimentado por las comunidades de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón y La Rioja, cuyo crecimiento entre 2012 y 2014 ha sido superior al 12%.
Tasa de cobertura y distribución geográfica de los intercambios
La evolución divergente que se ha descrito (aumento de las exportaciones y descenso y posterior estancamiento de las importaciones) ha permitido reducir el tradicional déficit comercial español, derivado de la diferencia de valor de los productos exportados e importados. La balanza comercial española, que se calcula como la diferencia entre el valor de los bienes vendidos en el exterior y los que se compran en otros países, ha sido históricamente creciente, aumentando a medida que crecía el volumen global de los intercambios con el exterior.
Una forma de medir el grado de desequilibrio entre el valor de las exportaciones y las importaciones es el cálculo de la tasa de cobertura comercial. Esta se calcula dividiendo el valor de las exportaciones entre el valor de las importaciones, expresado en tanto por ciento, e indica qué porcentaje de los pagos por importaciones quedaría cubierto con los ingresos por exportaciones durante un mismo período de tiempo. De esta forma, cuando el valor de las exportaciones es mayor que el de las importaciones, la tasa de cobertura es mayor que 100 y coincide con un superávit en la balanza comercial; mientras que, cuando el valor de las importaciones es mayor que el de las exportaciones, existe un déficit y la tasa de cobertura es menor que 100. España ha mantenido tradicionalmente un déficit constante en la balanza comercial, que aumentó hasta casi los 100.000 millones de euros en 2007.
A raíz de la crisis económica, el brusco descenso de las importaciones ha provocado una importante reducción del déficit comercial español, que ha continuado reduciéndose hasta 2013, de forma paralela al incremento de la exportación referido anteriormente. En ese año, se alcanza el mínimo histórico de déficit comercial, ya que a partir de esa fecha este se incrementó ligeramente, debido a la lenta recuperación de las importaciones. También la tasa de cobertura alcanzó su máximo en 2013, para posteriormente retroceder ligeramente y luego estancarse.
Sin embargo, existen importantes diferencias territoriales en este comportamiento como evidencia el mapa Tasa de cobertura del comercio exterior. Así, las comunidades autónomas que han incrementado en los últimos dos años el valor de sus exportaciones muestran en 2014 un balance comercial positivo, con una tasa de cobertura de las exportaciones superior al 100%. Este es el caso de la Comunitat Valenciana, Navarra, Aragón, Castilla y León, La Rioja y todas las comunidades de la cornisa cantábrica, pero no el de Castilla-La Mancha, en donde el aumento de la exportación es aún insuficiente para compensar el fuerte crecimiento de las importaciones. Por el contrario, en las comunidades en donde el volumen de exportaciones ha crecido menos (Cataluña, Andalucía) o incluso ha disminuido muestran un balance comercial negativo. Destacan en particular las comunidades de Illes Balears, Canarias y Madrid, con tasas de cobertura inferiores al 75%. En el extremo contrario, la Comunidad Foral de Navarra muestra un superávit comercial superior al 175%.
La situación es más positiva en relación con el comercio de productos industriales. En este caso, la mayor parte de las regiones muestran un saldo comercial positivo, con tasas de cobertura superiores al 200% en algunos casos, como ocurre en el País Vasco, Navarra o Asturias. Sólo tienen un déficit comercial significativo las islas, así como regiones con gran volumen de población y un potente aparato productivo, como Cataluña y Madrid, en las que la importación de productos semimanufacturados alcanza un volumen importante.
Para finalizar, hay que hacer referencia a la distribución geográfica de los intercambios. Por áreas geográficas, las principales relaciones, tanto en exportación como en importación, se establecen con la Unión Europea. Los países europeos, en particular Francia y Alemania, seguidos por Reino Unido, Italia y Portugal, suponen más del 50% del valor exportado en todas las comunidades autónomas salvo en Canarias; así como más de la mitad de las importaciones en todos los casos salvo en Andalucía, Murcia y Asturias. El segundo bloque comercial por importancia, en especial en el caso de las importaciones, es el asiático, en particular China y, en mucha menor medida, Japón y otros países. El comercio con Asia es especialmente importante cuantitativamente en Madrid, Cataluña, Comunitat Valenciana, Murcia y Andalucía, en particular en el caso de las importaciones. En Murcia hay que destacar también la importancia de las importaciones procedentes de Iberoamérica, consistentes principalmente en productos energéticos.
Los perfiles geográficos más diferenciados respecto al resto los muestran las comunidades de Canarias y Andalucía. En ambas regiones, la proximidad geográfica eleva de forma importante las importaciones procedentes de África. En el caso de Canarias, se advierte un fuerte peso de las exportaciones dirigidas a espacios geográficos sin determinar. Se trata mayoritariamente de mercancías suministradas a buques y aeronaves, principalmente combustibles, que suponen más del 70% de las exportaciones de esta región. Aunque se consideran como exportaciones, en realidad el abastecimiento de productos y servicios se hace en las propias islas, en los puertos y aeropuertos, a barcos o aviones procedentes de otros países cuya localización geográfica no queda registrada en las estadísticas.
Por lo que respecta a la distribución geográfica del comercio de productos industriales, este muestra una pauta común en todas las comunidades autónomas, que consiste en una mayor concentración en dos espacios geográficos: la Unión Europea y Asia, principalmente China. La Unión Europea es una referencia predominante, tanto como destino de las exportaciones como origen de las importaciones. Por otra parte, la relación comercial con Asia es el segundo flujo por importancia, sustancialmente mayor en términos relativos cuando consideramos los productos industriales que cuando tenemos en cuenta el conjunto de mercancías. Los países asiáticos destacan particularmente como lugar de origen de las importaciones y como destino de las exportaciones en el comercio de mercancías de Cataluña, Comunidad de Madrid, Comunitat Valenciana, Andalucía, Región de Murcia, Aragón y País Vasco.