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Discusión:Conocimiento geográfico y cartografía

1675 bytes añadidos, 14:13 11 abr 2023
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[[Archivo:Enelaboracion.jpg|300px|left|thumb|Gráfico de la evolución de la población activa en el sector agrario según edad y . 2004-2018. España]]</li><li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|300px|left|thumb|Gráfico de la evolución de la población activa en el sector agrario según sexo. 2004-2018. España]]
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[[Archivo:Enelaboracion.jpg|300px|left|thumb|Gráfico de la evolución de la población ocupada en el sector agrario. 2004-2018. España]]
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La población activa que reúne el sector agrario y la actividad pesquera en España está en el umbral del millón de personas; es Andalucía la que mayores valores alcanza, seguida más de lejos ya por la Región de Murcia, ambas castillas, Galicia y la Comunitat Valenciana, aunque también es la andaluza la región donde el paro de esta población es más elevado (mapa ''Población activa en el sector agrario''). Una población activa donde la proporción de asalariados ha ido creciendo frente al progresivo descenso de trabajadores independientes, hasta situarse las cifras en un entorno muy próximo a un 60% y 30% del total, respectivamente (gráfico ''Evolución de la población ocupada en el sector agrario''). Este descenso ha sido importante, igualmente, en el grupo de población activa agraria vinculada a la ayuda familiar, aunque su volumen porcentual ha sido siempre mucho más bajo, sin llegar a superar el 10% del total desde principios de este siglo. Asimismo, ha de señalarse que existe un contraste geográfico notable, marcado en líneas generales por la divisoria del Sistema Central, entre las comunidades autónomas situadas al norte y al sur de la misma. Son estas últimas, precisamente, aquellas en las que el trabajo eventual de la población activa agraria está mucho más extendido y es nuevamente la comunidad andaluza la que alcanza los valores más destacados, frente a Extremadura, Castilla-La Mancha, Región de Murcia o la Comunitat Valenciana, si bien en el este y sudeste de España el tipo de trabajo eventual presenta diferencias con el de las otras regiones señaladas. La base territorial de la actividad agraria alcanza sus dimensiones más importantes, sobre todo, allí donde se extienden dehesas y latifundios, en las provincias extremeñas y castellano-manchegas, así como en algunas andaluzas y en Salamanca (mapa ''Superficie de las explotaciones agrícolas según tamaño''). Un volumen de explotaciones, por otra parte, que ha ido disminuyendo en número y superficie (gráfico ''Evolución del número y superficie de las explotaciones agrícolas'') y en cuya estructura interna dominan en número las más reducidas (se acercan a las tres cuartas partes del total las de menos de 10 hectáreas), si bien, como ya se ha comentado, son las de más de 50 ha las que mayor superficie concentran (holgadamente más de la mitad). En las regiones del norte y este de España es donde esta última categoría detenta la menor representatividad de superficie.
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[[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Gráfico de la evolución del número y superficie de las explotaciones agrícolas. 2000-2016. España]]
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[[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Gráfico de la distribución del número de explotaciones agrícolas según tamaño. 2016. España]]</li><li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Gráfico de distribución de la superficie de las explotaciones agrícolas según tamaño. 2016. España]]
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[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Gráfico de la evolución de los usos y ocupación del suelo. 20192005-2018. España]]
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c) prados permanentes y pastos que ya no se utilizan a efectos de producción, se mantienen en buenas condiciones agrarias y medioambientales y tienen derecho a un régimen de ayudas.
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Gráfico de la superficie agrícola utilizada. 2018. España]]
La distribución geográfica de la SAU en España ofrece unos resultados bastante acomodados, nuevamente, a las condiciones ecológicas del territorio. Su extensión abarca, sobre todo, los espacios más llanos, abiertos y sedimentarios de las regiones interiores (cuenca del Duero, cuencas del Tajo y del Guadiana, valle del Ebro y valles interiores del Sistema Ibérico), parte de las regiones de la fachada mediterránea oriental (una estrecha franja ajustada al litoral desde el sur de Cataluña hasta el sur de la provincia de Valencia, que luego se ensancha más en el sudeste, en la región de Murcia y por los valles que la atraviesan –Segura, Guadalentín–), el valle del Guadalquivir (prolongado hacia el oeste por las cuencas del Tinto y el Odiel y hacia el este-sudeste por las del Guadalete y Barbate), las hoyas o depresiones intrabéticas de Andalucía oriental y también por una buena parte de Mallorca (el Plá y el Llevant). En el gráfico ''Evolución de la superficie agrícola utilizada '' se aprecia que, en cifras absolutas, son algo más de 26 millones de hectáreas la extensión que tiene la SAU. Ambas castillas, Andalucía, Aragón, Extremadura y Cataluña son las comunidades que sobrepasan el millón de hectáreas cada una, lo que representa algo más de la mitad de la superficie geográfica (51,8%), umbral porcentual que sobrepasan Extremadura y Castilla y León (más del 60% cada una), Andalucía, La Rioja y Castilla-La Mancha (mapa ''Superficie agrícola utilizada''). Por el contrario, no llegan al tercio o lo alcanzan muy ajustadamente la mayor parte de las comunidades del norte de España, así como las de la fachada mediterránea oriental (a excepción de Murcia). Estas diferencias se refuerzan todavía más a escala provincial, más detallada, donde son tres provincias castellano-leonesas vinculadas a Tierra de Campos (Valladolid, Zamora y Palencia) en las que la SAU representa en torno a las tres cuartas partes de la superficie geográfica, mientras que en una mayoría de las del norte está en el entorno de una cuarta parte tan solo. La composición interna de la SAU es, igualmente, contrastada. Precisamente, en las comunidades cántabro-atlánticas es donde domina la extensión de la tierra para pastos permanentes (con valores que en el sector central o asturcantábrico llegan a la práctica totalidad de la SAU); la distribución es más equilibrada en Badajoz, parte de las provincias de Castilla y León y La Rioja y se apoya en los cultivos (con valores del 80 al 90%) en Illes Balears, Valencia y Castilla-La Mancha.
La superficie cultivada en España ha ido descendiendo significativamente desde el último decenio del siglo XX, si bien es cierto que mientras la ocupada por los cultivos de regadío se ha incrementado ligeramente, la de secano ha retrocedido mucho más. Hoy son casi 17 millones de hectáreas las que alcanzan las tierras cultivadas (sobrepasaron ligeramente los 20 millones en 1990), una tercera parte de la superficie geográfica de España, siendo la mayor parte cultivos herbáceos (52,8 % de la superficie cultivada), que ocupan casi el doble que los cultivos leñosos (29,1%). Los barbechos y otras tierras no ocupadas suponen el 18% restante, valor tampoco desdeñable. La superficie de prados y pastizales, por su lado, no ha variado mucho en los últimos años y equivale a casi una quinta parte de la superficie geográfica nacional. Incluye, aunque a partes desiguales, la extensión que alcanzan los pastizales (que es la más representada y equivale casi a un 63,5%), la de los prados naturales (un 11,5%) y la de «erial a pastos» (también para aprovechamiento ganadero, si bien más temporal), que es de una cuarta parte. Desde el año 2008 este último aprovechamiento se contabiliza como superficie de prados y pastizales, a diferencia de años anteriores, que estaba incluido en «otras superficies», lo que explica la variación observada en los gráficos de evolución de las superficies. Por encima de una cuarta parte de la superficie geográfica ocupada por prados y pastizales sobresalen las comunidades del norte, más orientadas tradicionalmente a la ganadería (Asturias 39,8% y Cantabria el 49,2%), pero asimismo Canarias, casi con un 37,8% (por la amplia extensión del erial, razón que explica también que la provincia de Almería sea la segunda provincia española con más representatividad de esta ocupación), La Rioja (zona donde históricamente los ganados trashumantes han pastado todo el borde serrano meridional de esta región), Extremadura y Castilla y León (con valores muy elevados en las provincias de Ávila y Salamanca).
Pero el mundo de los secanos es mucho más complejo que lo que pudiera deducirse de estos rasgos básicos, pues intrínsecos con los cultivos esenciales van un conjunto de técnicas o sistemas de cultivo que, a la larga, amplían y diversifican el espectro agrario de dichos secanos. Nos referimos a la práctica del barbecho y rotación de cultivos, que introducen variedad y diversidad, con la presencia de las leguminosas y algunas forrajeras; en este mismo sentido, el aprovechamiento ganadero de los residuos de las cosechas (rastrojos) abre un espacio híbrido entre secanos y ganadería extensiva con el que, en determinados aspectos, conviene contar.
Sin embargo, el secano viene experimentando desde mediados del pasado siglo un manifiesto retroceso superficial, como se aprecia en el gráfico ''Evolución de la superficie de secano''; retroceso que en muchos casos no va asociado exclusivamente al avance y auge del regadío, sino que tiene mucho que ver con el abandono de la labranza en determinadas tierras que, en pura lógica, son las menos productivas. Ello, sin embargo, no puede hacer ignorar la importancia que, incluso en estos casos de retroceso, los secanos han tenido en nuestra historia agraria y su importante contribución económico-social y cultural en buena parte de España.
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Gráfico de evolución de la superficie de secano. 1990-2018. España]]
Con todo, las tierras de secano ocupan prácticamente el 78 % del total de las tierras labradas en España, resultado de situaciones regionales particularizadas en las que el secano puede estar explicado por factores climáticos positivos (la abundante humedad ambiental hace innecesario el riego), o por la causa contraria: situaciones ambientales que imposibilitan el riego.
Por una causa o por otra, el hecho es que la proporción de los secanos en el conjunto de las tierras labradas llega a alcanzar más del 90% en algunos territorios (A Coruña, Lugo, Asturias, Cantabria y Ávila) y prácticamente en solo dos casos (Alicante y Valencia) queda por debajo de la mitad (mapa ''Superficie de secano según grupos de cultivo'').
Sobre este escenario se imponen, como protagonista fundamental y aprovechamiento más generalizado, los cultivos herbáceos, a cuya superficie, en muchos casos, habría que añadir los barbechos que suelen ir asociados a las técnicas productivas habituales tendentes a hacer compatibles producción continuada y conservación de los suelos.
A ese incremento superficial, también se ha sumado una considerable inversión tecnológica, especialmente en el campo del uso del regadío localizado. Así, mientras en 1918 la inmensa mayoría del regadío nacional utilizaba el sistema de gravedad, en 2015 este escenario se ha invertido. Hoy el sistema de riego más extendido, gracias a la creciente importancia del regadío de frutales y olivares, es el localizado, que representa prácticamente la mitad de la superficie total regada. Le sigue el tradicional sistema de gravedad, con el 26,9% de la extensión total; la aspersión, con el 15,3%; y los conocidos como sistemas automotrices, con algo más del 8%. Unas cifras que, sin duda, demuestran la verdadera revolución tecnológica conocida por este sector en las últimas décadas, así como la progresiva reducción de sus consumos hídricos.
En lo que respecta a la distribución del regadío por provincias (mapa ''Superficie de regadío según grupos de cultivo''), las provincias que encabezan las estadísticas son Sevilla, Jaén, Zaragoza, Huesca, Ciudad Real y Murcia, todas ellas con cifras superiores al 5% de la superficie regada total de España. Le siguen en importancia Valencia, Albacete, Lleida y Badajoz; representan más de la mitad de la superficie regada española.
En cuanto a los sistemas de riego empleados, la superficie regada por gravedad se localiza mayoritariamente en Aragón, Andalucía, Castilla y León y Cataluña; el riego por aspersión presenta una mayor concentración territorial que el de gravedad, con cifras mayoritarias en Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha y Andalucía; mientras que la superficie regada automotriz se distribuye sobre todo por Castilla y León y Castilla-La Mancha. Finalmente, el riego localizado, más propio de cultivos leñosos, se encuentra especialmente en Andalucía, gracias a la notable expansión del regadío olivarero.
En los últimos decenios la extensión ocupada por estos herbazales se ha mantenido bastante constante, pero con una tendencia general ligeramente decreciente en el conjunto del país. Esta situación está relacionada con los procesos de abandono o extensificación que están teniendo lugar en muchas zonas rurales, en los que estas superficies actúan frecuentemente como un paso intermedio entre los terrenos cultivados y los de carácter más montaraz, aunque es evidente que también algunos antiguos pastizales, ante la falta de presión ganadera y manejo humano, se embastecen y se ven invadidos por el matorral.
El peso superficial de las zonas donde predominan los pastos es especialmente pequeño en Illes Balears, provincias de Cataluña y la Comunitat Valenciana, Murcia, Cuenca y Albacete, lo que parece bastante congruente con la idea preconcebida que tenemos de territorios que pueden tener dificultades para ser la base de la actividad ganadera (mapa ''Superficie con uso principal pastos''). Por el contrario, las provincias que presentan porcentajes más elevados de prados y pastizales sobre el total de superficie geográfica delatan, de alguna manera, la diversidad mencionada más arriba: en Ávila, Almería, Cantabria, Teruel, Salamanca, Zamora, Cáceres y Las Palmas estos terrenos suponen más del 30% de su respectiva extensión, pero obviamente representan ámbitos contrastados en lo que respecta a las condiciones naturales, la estructura de las explotaciones agrarias o las posibles modalidades pecuarias.
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Gráfico de la superficie con uso principal pastos. 1990-2018. España]]
En la España atlántica los prados que se localizan normalmente por debajo de los 600 metros de altitud; son los terrenos pratenses de mayor calidad y producción, que suelen recibir uno o varios cortes a lo largo del año. A mayor altitud en la montaña cantábrica y en los Pirineos, los prados de siega de los valles húmedos también presentan buenos rendimientos, pero sólo suelen segarse una o, a lo sumo, dos veces al año. Por su parte en las áreas supraforestales aparecen los pastos de altura, tradicionalmente aprovechados por la ganadería trashumante en distintos sistemas montañosos durante la época de verano. En muchos lugares estas fórmulas históricas de pastoreo o se han debilitado notablemente o han desaparecido y han sido sustituidas por modelos en los que el ganado se mueve en un radio menor y las especies utilizadas son también distintas de lo que era habitual.
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de superficie forestal arbolada. 2018. España]][[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Mapa de superficie forestal arbolada por tipo de vegetación dominante. 2018. España]]
En la actualidad, alrededor del 55% del territorio nacional se considera terreno forestal. De estos 28 millones de hectáreas, más de 18 millones están ocupadas por montes arbolados y el resto por zonas de arbolado disperso, matorrales, pastizales y otras formaciones. España es así, dentro de la Unión Europea, el segundo país con mayor superficie forestal, únicamente superado por Suecia, y el cuarto si tenemos en cuenta la ocupación forestal en relación con su territorio, por detrás nuevamente de Suecia, Finlandia y Eslovenia. Esta singularidad hispana se relativiza si consideramos la superficie forestal per cápita, ya que en ese caso España es dentro de la Unión el noveno país, en todo caso ligeramente por encima de la media europea.
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Gráfico de evolución de la superficie forestal arbolada. 2005-2018. España]]
Esta situación actual es en buena medida resultado de la recuperación en los montes que se produce a partir de mediados del siglo XX, apoyada en el abandono de la agricultura marginal y en un relajamiento de la presión sobre los recursos forestales, como consecuencia de la generalización como fuentes de energía de la electricidad y los combustibles fósiles. De esta manera, la superficie forestal presenta una tendencia positiva en los últimos 50 años, con un incremento medio anual de cerca de 1.700 km2. Además, los terrenos arbolados crecen a mayor ritmo que el conjunto de la superficie forestal, de forma que en la actualidad representan más del 71% de esta, cuando no llegaban al 50% en los años 60 del siglo pasado.
No puede extrañar, por tanto, que los terrenos montaraces sean en lo fundamental un atributo de las áreas serranas, con la excepción notable de choperas y fresnedas, por un lado, y de los montes adehesados que tapizan las penillanuras. De hecho, las dehesas son la formación montaraz que globalmente presenta en España una pendiente media más baja (5,7%), mientras que el resto de unidades que distingue el proyecto Corine Land Cover, y que exhiben una identidad forestal, se asientan sobre zonas con pendientes claramente superiores, siempre por encima del 12%. Aunque de forma menos clara, también hay una cierta asociación entre la altitud y las áreas forestales, que siempre aparecen en sus valores medios, por encima de los suelos de uso agrícola, y eso a pesar de la importancia agraria que tienen en nuestro país las mesetas.
Por lo que se refiere a la composición y estructura de los montes, la superficie arbolada se clasifica en frondosas o coníferas cuando el porcentaje de ocupación en la masa es superior o igual al 70%, y, en caso de no ser así, se considera mixta. Pues bien, en España las frondosas suponen el 55,5% del total arbolado; estos porcentajes se elevan considerablemente en algunas CC.AA., como Extremadura, Principado de Asturias y Cantabria, donde alcanzan una proporción en torno al 90% de la superficie arbolada; en el caso extremeño esto se explica fundamentalmente por la influencia de las dehesas, como ocurre en otras áreas del occidente ibérico. Por el contrario, y como se puede ver en el mapa ''Superficie forestal arbolada por tipo de vegetación dominante'', las coníferas predominan en la zona oriental, y así se supera el 78% de la superficie forestal arbolada en la Comunitat Valenciana y el 90% en la Región de Murcia. Por último y por lo que hace referencia a las masas boscosas de tipo mixto, las mayores extensiones de este tipo se encuentran en el norte, en concreto, en la zona pirenaica, en Galicia y en Cataluña.
Es preciso recordar que en los bosques españoles existe una notable diversidad, que se evidencia, por un lado, en la cantidad de especies presentes, pero también cuando se atiende a la variedad de sus montes arbolados. Y de hecho la información que nos proporciona el último Inventario Forestal Nacional subraya que algo más del 80% de nuestros montes están constituidos por dos o más especies de árboles. En todo caso los encinares son los montes más comunes en nuestro país; si los consideramos juntamente con las dehesas (que en su mayor parte son encinares), suponen alrededor del 27% de la extensión arbolada. Las siguientes formaciones en importancia son los pinares de carrasco, negral y albar, que conjuntamente significan el 24,5% de esos montes arbolados.
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de evolución de las repoblaciones forestales. 2018. España]][[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Mapa de las repoblaciones forestales. 2018. España]]
Como hemos comentado, la evolución positiva de la superficie arbolada se debe fundamentalmente a la dinámica natural, ya que la política de repoblación forestal, que en buena medida se lleva a cabo con financiación autonómica, no presenta la amplitud que tuvo en la segunda mitad del siglo XX. En el gráfico ''Evolución de las repoblaciones forestales '' se aprecia cómo, en los últimos veinte años, la tendencia del esfuerzo repoblador es claramente menguante, desde un total nacional que se situaba anualmente cerca de las 130.000 ha a las poco más de 10.000 ha de los últimos años. Esta evolución es bastante común a las diferentes regiones españolas, aunque algunas comunidades autónomas septentrionales (Principado de Asturias, Cantabria, el País Vasco y Navarra) escapan a este comportamiento.
El mapa ''Repoblaciones forestales '' muestra que la principal característica de la actual política forestal es el énfasis en la utilización de especies protectoras en algunos territorios, donde son las únicas especies de repoblación (sur de España, Madrid y Huesca) o representan porcentajes de superficie repoblada muy elevada (Segovia, Soria, Álava, Gipuzkoa y Burgos). También destaca la importancia del esfuerzo repoblador en antiguas tierras agrícolas, sobre todo en Asturias y en la cuenca del Duero. En los últimos años ha vuelto a tomar impulso la forestación con especies productoras, lo que resulta especialmente patente en las provincias más septentrionales. Hay una gran variedad de especies utilizadas en la forestación, tanto en el caso de montes productores como en el de montes protectores.
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[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Gráfico de la evolución de las fuentes de las repoblaciones forestales. 1999-2017. España]]
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[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Gráfico de la evolución de las fuentes de financiación de las repoblaciones forestales. 2006-2017. España]]
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<div><ul style="text-align: center;float:center"> <li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|centerleft|thumb|200px|Gráfico de repoblaciones protectoras según propiedad. 2017. España]]</li><li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|200px|Gráfico de principales especies empleadas en las repoblaciones protectoras. 2017. España]]</li><li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px200px|Mapa Gráfico de usos y ocupación del suelorepoblaciones productoras según propiedad. 20182017. España]]</li><li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|200px|Gráfico de principales especies empleadas en las repoblaciones productoras. 2017. España]]</li></ul></div>
{{ANEAutoria|Autores=Juan Ignacio Plaza Gutiérrez, Felipe Fernández García, María Hernández Hernández, José Manuel Llorente Pinto, José Naranjo Ramírez, Martín Torres-Márquez}}
<div><ul style="text-align: center;float:center">
<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de ganado bovino. 2018. España.]]
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<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de ganado ovino. 2018. España.]]
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<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de ganado caprino. 2018. España.]]
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<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de ganado porcino. 2018. España.]]
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<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de ganado aviar. Gallinas ponedoras. 2018. España.]]
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</ul></div>
La distribución geográfica que arrojan las diferentes producciones agrarias, tanto las de cultivos concretos (agrícolas) como las obtenidas de la ganadería, apuntan en más de un caso a una clara especialización geográfica o regional.
Respecto a las primeras, destacan entre otras las de los cereales para grano, subdivididos, a su vez, en cereales de invierno (cebada, trigo, avena, centeno), de primavera (maíz, arroz, sorgo, mijo) y otros. El mapa ''Producción de cereales grano '' refleja el dominio de los cereales de invierno frente a los otros dos tipos. El destino mayoritario de esta producción es el grano (cerca de tres cuartas partes), que proviene casi toda de los cereales de invierno, mientras que la paja representa algo más de una cuarta parte, también toda ella proveniente de estos cereales de invierno, y lo destinado a biocombustible es muy poco (cerca de un 1% y la mayor parte es de los cereales de primavera). De los distintos cereales considerados es la cebada la que alcanza un peso productivo mayor a escala nacional, con un 40% de toda la de los cereales para grano, seguida del trigo (30%) y, algo más alejada ya, la producción de maíz (con una quinta parte prácticamente del total). Las comunidades autónomas más productoras de estos cereales son, fundamentalmente, regiones interiores (ambas castillas y Aragón, que producen cerca del 70% de todo lo de España), a las que les siguen Andalucía, Cataluña y Extremadura. La producción de cebada se concentra en un 80% en las dos castillas y Aragón, mientras que por provincias son las de Cuenca y Valladolid las más destacadas (casi un millón de toneladas cada una), seguidas de Burgos, Palencia, Zamora, Lleida y Albacete. En cuanto al trigo, es también Castilla y León la dominante (44% de toda la producción nacional), pero Andalucía ocupa el segundo lugar, seguida de Castilla-La Mancha y Aragón. Por provincias, la de Burgos (que supera el millón de toneladas) es la más destacada, seguida de Palencia y de Sevilla. La producción de arroz es, mayoritariamente, andaluza (42% del total), concentrada básicamente en Sevilla; le siguen Extremadura (poco más de una quinta parte, casi toda en Badajoz), Cataluña (casi toda en Tarragona) y la Comunitat Valenciana (la provincia de Valencia es la que detenta todo). Y algo más del 60% de la producción de maíz proviene de tres comunidades: Castilla y León (León, Zamora y Salamanca aportan el 85% de toda la producción regional), Aragón (dos tercios de su producción provienen de Huesca) y Extremadura (dos tercios de la misma concentrados en Badajoz).
<div><ul style="text-align: center;float:center">
<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de producción de cereales grano. 2018. España.]]
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<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de producción de hortalizas. 2018. España.]]
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<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de producción de leguminosas. 2018. España.]]
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<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de producción de patatas. 2018. España.]]
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<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de producción de frutales cítricos. 2018. España.]]
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<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de producción de frutales no cítricos. 2018. España.]]
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</ul></div>
La especialización productiva regional es muy explícita también en otras producciones. En la de hortalizas (mapa ''Producción de hortalizas'') domina el sudeste ibérico (provincias de Murcia y Almería y Badajoz), seguidas ya más lejanamente por provincias como Granada, Ciudad Real y Albacete; en casi todas ellas la producción principal son las hortalizas de fruto. También la producción de frutales cítricos (mapa ''Producción de frutales cítricos'') reafirma la especialización geográfica de dos focos: regiones del levante español (Comunitat Valenciana y Región de Murcia) y provincias de Andalucía occidental (Sevilla sobre todo, pero también Huelva y Córdoba). En los frutales no cítricos (mapa ''Producción de frutales no cítricos'') es la zona geográfica del valle medio y bajo del Ebro (provincias de Lleida, Huesca y Zaragoza) junto con Murcia son los núcleos más destacados, si bien también las provincias de Albacete y Valencia tienen peso y, significativamente, la provincia de Santa Cruz de Tenerife.
Por su parte, la producción patatera (mapa ''Producción de patatas'') tiende a concentrase geográficamente en lo que puede denominarse el cuadrante noroccidental de España, con la cuenca del Duero, Galicia, La Rioja y País Vasco como territorios donde la producción alcanza mayores volúmenes. En estas áreas domina la patata tardía y de media estación, mientras que en los otros núcleos del sur (Sevilla, Cádiz), sudeste (Murcia), Valencia e Illes Balears, -estos dos últimos de menor producción-, la patata extratemprana tiene mayor presencia.
La aludida pauta geográfica de especialización/concentración se puede observar también en la producción de vino (mapa ''Producción de vino''), en donde a las denominaciones de origen se unen algunas provincias en particular: La Mancha, la de mayor cantidad de hectolitros producidos, con Ciudad Real y Toledo como máximos exponentes; La Rioja, las catalanas Penedès y Priorat, Badajoz en Tierra de Barros, Valladolid dentro de Ribera del Duero, Pontevedra dentro de Rías Baixas, etc.
Lo mismo cabe afirmar acerca del olivar (mapa ''Producción de aceituna y aceite de oliva virgen''), con la producción de aceituna y aceite liderada por Andalucía (más del 80% de la producción de toda España), especialmente por Jaén (44% de toda la producción española y poco más de la mitad de la andaluza), seguida de Córdoba (una quinta parte de la producción nacional y un cuarto de la regional) y, ya más alejadas, Sevilla, Granada, Málaga y las provincias castellano-manchegas de Ciudad Real y Toledo y la extremeña de Badajoz.
<div><ul style="text-align: center;float:center">
<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Gráfico de evolución de la producción de vino. 2000-2018. España.]]
</li>
<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Gráfico de evolución de la producción de aceituna y aceite de oliva virgen. 2000-2018. España.]]
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</ul></div>
<div><ul style="text-align: center;float:center">
<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de producción de vino. 2018. España.]]
</li>
<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de producción de aceituna y aceite de oliva virgen. 2018. España.]]
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</ul></div>
{{ANESubirArriba}}{{ANETextoEpigrafe|epigrafe=Producciones ganaderas}}
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Gráfico de evolución de la producción de carne. 2003-2018. España.]]La evolución durante los últimos quince años de las principales producciones ganaderas presenta en general un sentido creciente, en paralelo en buena medida con las tendencias de la cabaña ganadera, aunque es verdad que en algunos casos ese incremento se ha producido gracias a una mejora en la productividad, como ha ocurrido claramente en el caso del vacuno de leche. El gráfico ''Evolución de la producción de leche '' muestra que, mientras la producción de leche de cabra y de oveja se mantiene estable desde hace bastante tiempo en torno a los 500 millones de litros, la leche de vaca ya supera los 7.000 millones de litros anuales. La producción global de carne (gráfico ''Evolución de la producción de carne'') también se ha incrementado, gracias sobre todo al porcino y también, aunque en menor medida, a la carne de pollo, mientras que la procedente de las restantes ganaderías se mantiene estable desde principios del presente siglo. Por último, la producción de huevos no presenta una tendencia clara y se mantiene alrededor de los 1.100 millones de docenas anuales (gráfico ''Evolución de la producción de huevos de gallina'').
La distribución territorial de estas producciones repite en buena medida el reparto geográfico de los efectivos ganaderos, aunque se aprecia un sobrepeso más acusado en las áreas de la ganadería industrial.
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<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de producción de carne de bovino. 2018. España.]]
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<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de producción de carne de porcino. 2018. España.]]
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<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de producción de carne de ovino. 2018. España.]]
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<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de producción de carne de ave. 2018. España.]]
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<div><ul style="text-align: center;float:center">
<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Gráfico de evolución de la producción de huevos de gallina. 2000-2018. España.]]
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<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de producción de huevos de gallina. 2018. España.]]
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<li style="display: inline-block">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Gráfico de evolución de producción de leche. 2005-2018. España.]]
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<li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de producción de leche. 2018. España.]]
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