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Discusión:Población, poblamiento y comorbilidad

1 byte añadido, 14:08 30 jul 2021
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Resulta plausible pensar que la magnitud del censo de personas que habita en los asentamientos humanos, la condición de su composición por edades, la densidad ocupacional en los hogares, la esperanza de vida en buena salud y el tipo de poblamiento son características que pueden influir en que los efectos sanitarios de la pandemia vayan a ser más o menos acusados. No son, obviamente, los únicos factores que explican el mayor o menor grado de incidencia de esta, ni siquiera puede que sean los más importantes, pero se configuran como el marco de acogida de aquella y pueden favorecer u obstaculizar su difusión.
A 1 de enero de 2020, España tenía empadronados 47.450.795 habitantes y registraba una densidad media de 93,6 hab./kmxkm<sup>2</sup>. Es el cuarto país de la Unión Europea por su volumen demográfico y ocupa el puesto decimoséptimo por densidad de población. En España, la distribución espacial de la población es muy contrastada entre una periferia peninsular e insular con mayor densidad y un interior con un tejido social más débil a excepción de la aglomeración madrileña o algún otro enclave como Zaragoza o Valladolid.
Un segundo contraste espacial de notable significación es el que muestra nuestro país en el desigual peso de la población asentada en municipios rurales y urbanos. El criterio utilizado para la representación de esta variable con el fin de discernir una de otra es el que estableció la Ley del Desarrollo Rural de 2007 al considerar municipios rurales aquellos que cuentan con menos de 5.000 habitantes (ver mapa ''Población rural''). Bien se sabe que fijarse en un único criterio como el citado, que atiende tan solo a la magnitud cuantitativa, puede resultar insuficiente para un cabal discernimiento; no obstante, sí puede ser una primera aproximación suficientemente válida. Para el conjunto de España, 5.690.617 habitantes viven en los 6.827 municipios con esta condición, lo que supone un 12% del total de la población española y un 84% de sus municipios.
No se conoce bien cómo encaja la vulnerabilidad de un paciente inmunodeprimido con la hiperactivación inmune. No existe evidencia sólida que sustente un mayor riesgo en pacientes inmunodeprimidos. En el caso del VIH/SIDA, hay estudios que sugieren no tanto su asociación con un incremento de la susceptibilidad a la infección, pero sí cierta asociación con una mayor letalidad. En el registro SEMI-COVID-19 los casos COVID-19 con infección por VIH han representado el 0,7%. Con un número tan bajo de casos afectados no es posible sacar conclusiones de su posible implicación en la gravedad clínica de la COVID-19.
Las prevalencias de VIH/SIDA en España son bajas en general, pero con diferencias sustanciales entre comunidades autónomas. Afecta fundamentalmente a varones, resulta llamativo el caso de Illes Balears, Canarias y Comunitat Valenciana, comunidades vinculadas al turismo de playa que podría condicionar la relajación en las medidas de protección/prevención. Madrid también sigue este patrón de prevalencia. Por el contrario, Cataluña, una comunidad con mucho turismo presenta unas prevalencias muy bajas.
Aunque los datos están sin ajustar por edad y sexo, es muy probable que esas diferencias entre comunidades autónomas sean reales, ya que el colectivo de edad está más acotado (jóvenes, adultos-jóvenes y adultos) y las diferencias demográficas entre comunidades es algo menor que en el caso de los ancianos.}}
1985
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