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Discusión:Repercusiones ambientales

26 bytes añadidos, 11:23 11 oct 2021
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{{ANEObra|Serie=Monografías del Atlas Nacional de España|Logo=[[Archivo:Logo_Monografía.jpg|left|50x50px|link=]]|Título=La pandemia COVID-19 en España|Subtítulo=Primera ola: de los primeros casos a finales de junio de 2020|Año=2021|Contenido=Nuevo contenido}}
{{ANENavegacionCapitulo|estructura temática=Estructura temática|seccion=[[Efectos sociales, económicos y ambientales|Efectos sociales, económicos y ambientales]]|capitulo=Repercusiones ambientales}}
La pandemia COVID-19 tuvo relación directa con diferentes elementos ambientales en España. Con la premisa de que los aspectos humanos (movilidad, acumulación de población en los núcleos urbanos, proporción de las cohortes de personas mayores, mayor o menor cumplimiento de las recomendaciones sanitarias) son la causa principal de explicación de la expansión del virus, así también diferentes elementos atmosféricos se ha comprobado que se han comportado como agentes activos para el reparto territorial de contagios. En general, ambientes secos con niveles de contaminación elevados, temperaturas frías (entre 5ºC y 11ºC) y poco movimiento de aire, favorecen la transmisión del coronavirus; por el contrario, espacios geográficos con temperaturas cálidas (a partir de 18ºC), humedad relativa alta (>70%), aire limpio y en movimiento (por ejemplo, soplo de la brisa) son, a priori, medios menos transmisores. La incidencia estacional durante el año 2020 manifestó en todo el mundo y también en España mayores afecciones y víctimas mortales durante los meses de invierno frente al verano. La transmisión mundial del coronavirus, desde el núcleo originario de Wuhan (China) hasta Europa y luego Norteamérica, no siguió el sentido de los vientos característico de latitudes medias dentro del esquema de la circulación general atmosférica; ello confirma que el factor humano ha sido el protagonista principal de la propagación. Sin embargo, en España la expansión del virus se retrasó unas semanas (hasta finales de febrero e inicios de marzo) respecto a otras zonas europeas, debido a las condiciones básicamente anticiclónicas del mes de febrero que favoreció, en general, el registro de temperaturas anormalmente cálidas en toda España y de valores de insolación elevados, propiciando el desarrollo de una mayor estancia de las personas al aire libre. Todo ello debido a la elevada frecuencia de días anticiclónicos, causados por dorsales de aire tropical marítimo sobre el espacio sinóptico peninsular.
1985
ediciones

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