La condición del complejo natural y la actividad de la comunidad humana sobre ese mismo medio físico se ha comportado como dos fuerzas inseparables hasta alumbrar unas estructuras territoriales que no son la mera suma de elementos heterogéneos ni el resultado de un juego de azar. La relación del hombre con la naturaleza ha dado lugar a una trabazón llena de energía en la que lo original y lo nuevo solo tienen sentido cuando se contemplan a la vez.
En este Atlas hemos recorrido hasta esta sección un camino básicamente analítico, jalonado de discretos parones sintéticos; hemos diseccionado nuestra realidad geográfica y la hemos presentado gráfica y cartográficamente. El lector ha ido conformando una imagen de España rica en matices y bien documentada; habrá detectado correlaciones entre los aspectos puntuales presentados, y hasta habrá podido generar ese «todo animado» que la ciencia geográfica ha tenido como principal propósito: describir y explicar.
Esta sección adquiere sentido, precisamente, como contribución a esa síntesis territorial tan buscada. Desglosa en cuatro aspectos ese núcleo esencial. El primero alude a la estructura económica, ese bastidor que sostiene el flujo de la actividad económica; su perfil, firme a la vez que en constante movimiento, nos muestra los trazos esenciales que caracterizan a un determinado país, en este caso España. Las magnitudes macroeconómicas, el trabajo, la empresa y la hacienda pública son los hitos clave que se abordan en este tema.
El paisaje, ese dibujo que tapiza nuestro solar hecho de naturaleza y humanidad, es la fiel expresión visual de la trabazón vivida a lo largo de la historia entre la comunidad humana y el medio físico. En él permanecen las huellas, más o menos perceptibles, del pasado y se muestra con toda nitidez los efectos de la coyuntura actual. El mapa de conjuntos paisajísticos que presentamos no es un puzle carente de sentido, sino el mosaico magistral que refleja la actividad de las comunidades humanas a lo largo de la historia y la condición física del territorio que acogió y acoge la energía desplegada por aquella.
El tema está dedicado al medio ambiente. Naturaleza domesticada, hecha casa, cobijo en el que vive el hombre. Si, como acabamos de decir, el paisaje es la obra visible estampada en el territorio de la relación complejo natural-comunidad humana, el medio ambiente podría definirse como el estado en que queda esa naturaleza una vez transformada por el hombre. El medio ambiente no es algo prístino, intocado, sino la condición natural del soporte en el que la vida humana acampa. No siempre la comunidad humana tuvo el acierto de tratar correctamente al recurso natural a su alcance, derivándose de ello procesos de degradación insostenibles; otras veces sí actuó con sensatez y buen cuidado, ennobleciendo incluso la potencialidad del complejo natural. En este tema se presenta, en primer lugar, el patrimonio natural protegido, ese legado recibido y que ha mantenido su gran valor por su mayor cercanía al origen. En segundo lugar, se detiene en cómo la acción humana ha modificado la calidad de la naturaleza y la preocupación que la sociedad actual tiene por incidir menos agresivamente. Por último, se abordan los riesgos ambientales, derivados unos de la propia dinámica de la naturaleza y otros de la alteración que el hombre ha provocado en ella.
El tema de articulación territorial presenta esa perspectiva que hoy es irrenunciable: la organización territorial e institucional del Estado español (CC.AA., provincias y municipios) y otras delimitaciones funcionales como comarcas, mancomunidades y áreas metropolitanas), las políticas territoriales que procuran mantener, cuando no recuperar, el equilibrio perdido entre los distintos ámbitos territoriales, productivos y sociales. El desarrollo humano y territorial tiene hoy una perspectiva decididamente integral, participativa y sostenible; las opciones unidireccionales no parecen ser coherentes con el fin de construir territorios equilibrados. La polarización enfermiza de la actividad económica conlleva al debilitamiento de otros territorios que envejecen y se despueblan. La ordenación territorial, en suma, se hace necesaria para evitar esa desproporción. Eso es lo que se analiza con detalle en este tema.
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