Es inevitable comenzar esta monografía por una referencia suficientemente explícita al contexto planetario de la pandemia Covid-19. La Organización Mundial de la Salud la declaró como tal una vez que certificaron casos de la enfermedad en más de cien países. La expansión amplia, simultánea y con cierta velocidad en múltiples áreas geográficas de todo el mundo obliga a presentar la globalidad de este fenómeno con el fin de acercarnos a una mejor comprensión de lo ocurrido en España.
El itinerario temático que se propone en esta primera sección se sustenta en tres ideas básicas: la constatación de que es una enfermedad que, desde su punto de ignición, se propagó por todo el mundo provocando un contagio masivo y, desgraciadamente, muchas muertes; la consideración especial que merece el marco comunitario de la Unión Europea en el que se inserta nuestro país; y, por último, el establecimiento de una primera aproximación a los efectos sociales, económicos y ambientales que ha producido globalmente la pandemia en los cinco continentes y, más en concreto, en la Unión Europea.
En el primero de los capítulos se presenta el origen y difusión del Covid-19 en China, la propagación al resto del mundo, el número de casos y fallecidos en los diferentes países y los recursos humanos, concretados en el personal sanitario, disponibles para afrontar la pandemia.
En un segundo capítulo se aborda el caso de la Unión Europea. En él se analizan, por un lado, algunos hechos que pudieran entenderse como condicionantes para provocar una mayor facilidad en la progresión del contagio y, consiguientemente, un mayor impacto de la emergencia sanitaria (localización de áreas con mayor densidad de población, ciudades más populosas, aeropuertos con un elevado tráfico de viajeros); por otro lado, se presenta la condición de la propia estructura demográfica en cuanto al peso de la población de más de 65 años. La muestra de dos indicadores clave de la evolución de la pandemia (los casos habidos y los fallecidos en cada país) resulta bien expresiva al respecto.
Por último, se han escogido tres indicadores clave para señalar los efectos sociales, económicos y ambientales más notables que, ya en esta primera ola, se han dejado sentir en el mundo en general y también en el marco de la Unión Europea: El nivel de población ocupada, la evolución del Producto Interior Bruto y las emisiones de NO2. La pandemia Covid-19 no solo ha tenido una incidencia sanitaria trágica, sino que impactó de manera ostensible en la actividad económica y el mercado de trabajo, por un lado, y, por otro, repercutió significativamente en el comportamiento de algunos indicadores medioambientales como consecuencia de la desaceleración de trajín económico.
|