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Discusión:Edad Moderna

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Instituciones singulares fueron las sociedades económicas de amigos del país. En 1765 obtuvo aprobación real la primera: la Sociedad Bascongada. Y comenzó el desarrollo de estas instituciones, sobre todo con Carlos III.
Campomanes incentivó su expansión en el ''Discurso sobre el fomento de la industria popular '' (1774) y mediante la distribución de circulares impulsoras por toda España. Un año después, en 1775, se aprobó la Real Sociedad Económica Matritense.
Cada una presentaba su propio perfil, pero en todas confluyeron nobles, eclesiásticos, funcionarios, militares, terratenientes, intelectuales, profesionales liberales como médicos y periodistas… así como también algunos comerciantes y artesanos. En todo caso, personas con anhelos reformistas. El interés de las sociedades se encontraba en la educación, la economía, la labor benéfica (montes de piedad) y la enseñanza de oficios. Igualmente, el mejor conocimiento del propio territorio.
En el campo universitario fracasaron los proyectos de reforma como los de Melchor de Macanaz, Mayans (''Idea del nuevo método que se puede practicar en la enseñanza de las universidades de España'', 1767) y Pablo de Olavide. Durante el siglo XVIII convivieron universidades históricas con otras de menor relevancia y otras de nueva creación. Entre las últimas es de mencionar la universidad de Cervera, creada en 1717 por Felipe V para sustituir al resto de las universidades de Cataluña, todas suprimidas por su apoyo al pretendiente austríaco para el trono español, en contra de los Borbones.
En los claustros universitarios predominaba el conservadurismo y eran inexistentes las ideas de crítica o progreso. Por ejemplo, para ser catedrático en la universidad de Valladolid era obligado jurar la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción. Por tanto, siendo imposible utilizar las universidades como difusoras de los principios ilustrados, los Borbones promovieron otros centros para la enseñanza y la difusión del conocimiento científico y de la cultura. Así, además, se emulaba la realidad francesa de aquellos momentos. Surgen las reales academias: de la lengua, de la [https://dbe.rah.es/?gclid=EAIaIQobChMI47-blpTI9wIVh-d3Ch2RVwVEEAAYASAAEgJZzvD_BwE historia ] y todo tipo de instituciones en las distintas disciplinas: en la medicina, las matemáticas, la minería… Se crearon gabinetes de historia natural, observatorios astronómicos o [http://www.rjb.csic.es/jardinbotanico/jardin/index.php?Cab=10&len=es jardines botánicos].
En cuanto a la ''[[Archivo:Espana Organizacion-territorial-eclesiastica-en-el-siglo-XVIII 1700-1799 mapa 15870 spa.jpg| Organización territorial eclesiástica]]'', se decía que al norte de Sistema Central todos los obispados dependían de Santiago de Compostela, menos Oviedo y León, que todavía en el siglo XVIII seguían calificándose de «obispados exentos», ante Burgos o Toledo, pese a que esta era la «Sede Primada» desde su conquista. En el sur, predominaban dos archidiócesis, la de Granada y la de Sevilla, ambas también reconocidas desde su conquista. Pero esta última era poderosísima, por ser la cabeza de todos los episcopados americanos.
Los cabildos eran un foco de poder muy importante en las ciudades. Durante el siglo XVIII se lograron nuevos obispados en Santander (1754), Ibiza (1782), Tudela (1783) y Menorca (1795). Calatayud, Játiva y Lorca, que también lo pretendían, no consiguieron su transformación de colegiata en sede catedralicia episcopal. Muchas colegiatas, no obstante, lograron sobrevivir durante el siglo XVIII. Las colegiatas y sus cabildos jugaban un papel muy notable en muchas poblaciones menores: eran como catedrales de segundo orden.
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