Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar los servicios que ofrece y optimizar la navegación. Si usted continua navegando, consideramos que acepta su uso. Más información

Cambios

Saltar a: navegación, buscar

Discusión:Movimientos migratorios

1471 bytes añadidos, 20 marzo
sin resumen de edición
{{ANETextoEpigrafe|epigrafe=Migraciones interiores}}
<div style="display: inline-flex; flex-flow: column wrap; float: right; clear: right; height: min-content; text-align: center; justify-content: center; align-self: start; margin: 0 0 0 30px; padding: 0px; width: 100%; max-width: 660px; "> {{ANETextoDestacado|titulocellspacing="0" cellpadding="0" style="margin: 0 0 1em; width: 100%"| style=&nbsp"vertical-align: top; border-style: solid; border-width: 3px; border-color: #93481b; border-top-right-radius: 40px;border-bottom-left-radius: 40px" |contenido<div style="padding: 0px 10px 10px; font-size: 100%; font-weight:bold; color: #93481b; text-align: left">
Migrante: <span style="color:#706f6f">persona que protagoniza una migración (inmigración o emigración).</span><br>
<br>
Serie Monografías del Atlas Nacional de España (ANE).
Instituto Nacional de Estadística (2023): Estadística de migraciones. Metodología.
</p></div>}|}
</div>
Llegada la década de los ochenta, los movimientos migratorios campo-ciudad disminuyeron en intensidad y desde entonces tienen mayor peso las migraciones de muy corto alcance (inter e intramunicipales), principalmente las que suponen una redistribución de la población dentro de las propias áreas urbanas. Por cada movimiento registrado entre una provincia y otra, en 2021 se produjeron dos entre municipios de una misma circunscripción provincial.
Por otra parte, como se ve en el gráfico ''[[:Archivo:Enelaboracion.jpg|Evolución de las migraciones interiores]]'', entre 2008 y 2017 el volumen total de movimientos migratorios interprovinciales fue descendiendo progresivamente. A partir de ese año se dio un pequeño repunte migratorio, solo interrumpido momentáneamente por el bache que supuso la pandemia en 2020.
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa: Emigración media interior. 2011-2021. España. <br><span style="color: #b20027; ">18753 [PDF]. [Datos]. </span>Versión interactiva: [//interactivo-atlasnacional.ign.es/index.php#c=indicator&i=r13922.r13922&i2=c_8_t.c_8_t&s2=2011-2021&t=A02&t2=A02&view=map9 1] [https://interactivo-atlasnacional.ign.es/index.php#c=indicator&i=c14098.c14098&t=A02&view=map9 2]. ]] En 2021 hubo cerca de 500.000 movimientos interprovinciales. Madrid y Barcelona son las provincias con mayor volumen de movimientos migratorios hacia el resto del país (mapa ''[[:Archivo:Enelaboracion.jpg|Emigración media interior]]''). A lo largo del período 2011-2021, la primera registró casi 700.000 salidas y la segunda una cifra cercana al medio millón. Sin embargo, esto se explica casi exclusivamente en virtud de su enorme peso demográfico, ya que –en términos relativos– la tasa migratoria de ambas provincias está por debajo de la media del conjunto. Otro tanto se puede decir de Valencia, Alicante, Sevilla y Málaga: todas tienen un volumen importante de salidas, a pesar de que el porcentaje de esos movimientos sobre el promedio de la población sea bastante bajo.
En situación inversa se encuentran las ciudades autónomas y una serie de provincias de interior, localizadas en torno al área metropolitana madrileña, como son Guadalajara, Toledo, Ávila, Cuenca y Segovia. En estos casos, la tasa de emigración es muy elevada, a pesar de que en la mayoría de ellas el volumen de personas que se trasladan a otras provincias –preferentemente a Madrid– no lo es tanto. La excepción es Toledo, que en el período analizado registró más de 160.000 salidas, de las de casi dos tercios fueron a parar a la Comunidad de Madrid.
Estas provincias del entorno metropolitano de la capital, junto a Teruel, son las que tuvieron mayor pérdida de población por emigración interior (entre el -2% y el -3% anual), si se exceptúa el caso de las ciudades autónomas, muy por encima de estas cifras (Ceuta -3,5% y Melilla -4,5%).
Respecto a las provincias receptoras (mapa ''[[:Archivo:Enelaboracion.jpg|Inmigración media interior]]''), la situación es muy coincidente con lo visto en el mapa de ''[[:Archivo:Enelaboracion.jpg|emigración interprovincial]]''. Las que más movimientos de entrada registran son prácticamente las mismas: Madrid y Barcelona muy destacadas, seguidas de Illes Balears, Málaga, Alicante y Valencia. Esto confirma que el volumen de población y actividad son factores directamente relacionados con los movimientos migratorios: donde hay más personas residiendo generalmente se producen más salidas y entradas de población.
Por esto, conviene también acudir a la tasa inmigratoria, que relativiza los movimientos registrados en función de la población provincial. Así, descubrimos que Guadalajara y Toledo, en el entorno metropolitano madrileño, junto a las dos ciudades autónomas, son las únicas entidades en las que el volumen de movimientos de entrada supera el 2% de su población media durante el período 2011-2021. Por el contrario, en casi la mitad de las provincias, esa misma tasa está por debajo del 1%.
El mapa ''[[:Archivo:Enelaboracion.jpg|Saldo migratorio medio interior ]]'' resume muy bien la situación analizada previamente para las salidas y entradas registradas en cada provincia y es el mapa que, a la postre, interesa como síntesis de los movimientos de reubicación interna de la población en el territorio: unas provincias que pierden población por efecto de las migraciones internas y otras que la ganan. Con respecto a esto, lo que más destaca es el exiguo balance final de estos movimientos, ya que la provincia con un saldo interior más elevado es Madrid, con 7.514 habitantes ganados, lo que para una población de 6,7 millones de habitantes parece, ciertamente, poca cosa. De hecho, la mayoría de las provincias no alcanzan ni siquiera los 1.000 habitantes de saldo (positivo o negativo) a lo largo de la década estudiada.
Otro de los aspectos destacados de este período es el saldo migratorio interior negativo que registra la provincia de Barcelona, sobre todo en contraste con el crecimiento de Madrid. Las provincias limítrofes de ambas áreas metropolitanas, que anteriormente absorbían el crecimiento, siguen registrando un saldo positivo, pero muy inferior al que tuvieron en la primera década del siglo XXI. En esos años Guadalajara y Toledo, en el caso de Madrid, fueron las que se apuntaron el saldo relativo (sobre su volumen de población) más elevado de toda España, seguidas a cierta distancia de Tarragona y Girona en la corona barcelonesa. Este hecho mostraba la vigencia del modelo de desbordamiento metropolitano más allá de los límites provinciales que, en la última década (2011-2021), parece haber perdido buena parte de la fuerza que tuvo en el pasado.
{{ANETextoEpigrafe|epigrafe=Migraciones exteriores}}
 <div style="display: inline-flex; flex-flow: column wrap; float: right; clear: right; height: min-content; text-align: center; justify-content: center; align-self: start; margin: 0 0 0 30px; padding: 0px; width: 100%; max-width: 660px; "> {{ANETextoDestacado|titulocellspacing="0" cellpadding="0" style="margin: 0 0 1em; width: 100%"| style=&nbsp"vertical-align: top; border-style: solid; border-width: 3px; border-color: #93481b; border-top-right-radius: 40px;border-bottom-left-radius: 40px" |contenido<div style="padding: 0px 10px 10px; font-size: 100%; font-weight:bold; color: #93481b; text-align: left">
Emigración exterior: <span style="color:#706f6f">emigración en la que la nueva residencia habitual del emigrante se encuentra en un país extranjero, siempre que su residencia habitual previa sea el territorio español.</span><br>
<br>
Serie Monografías del Atlas Nacional de España (ANE).
Instituto Nacional de Estadística (2023): Estadística de migraciones. Metodología.
</p></div>}|}
</div>
Entre estos nuevos habitantes, los nacidos fuera de España suponen casi dos millones de personas, mientras que los nativos del país presentan un saldo negativo superior a los 250.000 habitantes. En cuanto a su perfil demográfico, son preferentemente mujeres (casi un millón, frente a algo más de 700.000 hombres), y tres de cada cuatro de ellos, adultos, de entre 16 y 64 años de edad. Aunque son el contingente menos numeroso de los migrantes exteriores, resulta significativo observar que los mayores de 65 años de origen extranjero tienen saldo negativo, mientras que los nacidos en España lo tienen positivo. Detrás de esta dinámica contrapuesta, es posible adivinar el regreso al lugar de origen en la etapa que se abre tras la jubilación.
La evolución de las migraciones exteriores se ha visto muy condicionada por los vaivenes económicos en España y en los países de procedencia, así como por circunstancias coyunturales, como el confinamiento provocado por la pandemia del COVID-19. A grandes rasgos, se aprecian varias fases (gráficos ''[[:Archivo:Enelaboracion.jpg|Evolución de la emigración e inmigración exterior ]]'' y ''[[:Archivo:Enelaboracion.jpg|Evolución del saldo migratorio exterior]]''): al inicio del periodo se produjo una ralentización de la inmigración exterior y un aumento de las salidas, coincidente con el comienzo de la gran recesión. Durante tres años (2009 a 2011) el saldo migratorio exterior fue prácticamente cero, ya que existía una gran igualdad entre los que se marchaban y los que llegaban al país. En la fase aguda de la crisis en España (2011-2014), el retorno de antiguos inmigrantes a sus países de origen coincidió con la etapa en la que menos atractivo resultó el flujo de personas hacia España. Las líneas de emigrantes e inmigrantes se cruzaron y el país entró en un período con saldo exterior negativo, que tuvo su punto álgido en 2013, año en el que se marcharon de España casi 200.000 personas. A partir de ahí, y durante un período consecutivo de seis años, la emigración fue disminuyendo lentamente, mientras que la llegada de extranjeros repuntó con fuerza por la inestabilidad económica y política en algunos de los países de origen. Este escenario cambió bruscamente en 2020 debido a la crisis provocada por el COVID-19. Ese año se caracterizó por la continuación del descenso de la emigración, pero, sobre todo, por una brusca e inesperada caída de la llegada de inmigrantes (250.000 menos que en el año 2019), que cortó de forma radical la tendencia al crecimiento observada desde el final de la crisis económica. A pesar de todo, el saldo migratorio siguió siendo positivo, aunque reducido a la mitad del consignado el año anterior, que supuso el récord de la década. En 2021 se confirmó el decrecimiento del saldo migratorio, aunque tanto las llegadas como las salidas repuntaron al alza, una vez superado lo peor de la pandemia.
Al analizar espacialmente el fenómeno migratorio exterior, se ve que los flujos poblacionales de emigración hacia el exterior han estado protagonizados mayoritariamente por personas de origen extranjero (en torno a un 85% del total). Por este motivo, no debe extrañar que las provincias que más población han emitido hacia otros países sean precisamente las que acogen un mayor volumen de inmigrantes. Entre ellas destacan las dos grandes áreas metropolitanas, la costa mediterránea y los dos archipiélagos. Por su parte, la llegada de inmigrantes responde a un patrón territorial muy parecido, en el que vuelven a estar implicadas las mismas provincias, aunque con un volumen de inmigrantes muy superior. Salvo Castellón y Ciudad Real, todas tienen saldos migratorios positivos con el exterior; destacan por su peso relativo Canarias y Baleares, y por su volumen absoluto Madrid y Barcelona.
De acuerdo con el censo de 2021, en España residen 7,2 millones de personas nacidas en el extranjero, que son muchos más que los que no disponen de nacionalidad española (5,4 millones de extranjeros, en sentido estricto). Por este motivo, a lo largo del capítulo se utiliza la variable lugar de nacimiento para identificar y caracterizar a los extranjeros.
Esta población se distribuye de forma desigual sobre el territorio (mapa ''[[:Archivo:Enelaboracion.jpg|Población extranjera]]''). Una décima parte del total reside en el municipio de Madrid (768.000) y otros casi 450.000 en Barcelona. Muy por debajo de estos dos núcleos, València, Palma y Zaragoza superan los 100.000 habitantes de origen extranjero. El resto se localiza en otros grandes centros urbanos, bien sea aislados o bien formando ejes más o menos definidos, como es la costa mediterránea, Baleares, el eje del Ebro entre Logroño y Zaragoza, y el sur de la provincia de Lleida. El resto, la España interior y la zona norte, cuentan con poca presencia numérica de extranjeros, aunque bien es cierto que, debido a la relativa debilidad demográfica de algunas de esas zonas, el peso porcentual que alcanza en algunos núcleos es muy considerable.
El análisis de la situación por sexos (mapa ''[[:Archivo:Enelaboracion.jpg|Índice de feminidad de la población extranjera]]''), muestra que en España hay más mujeres de origen extranjero que hombres, como ocurre también con el conjunto de la población del país, aunque local y comarcalmente la preponderancia de los hombres pueda ser importante. Esto ocurre, sobre todo, en áreas de importancia agrícola y ganadera intensivas, como el poniente almeriense, la costa murciana, así como el valle del Ebro (en torno al límite entre Navarra y la Rioja y al sur de Lleida).
En el mapa ''[[:Archivo:Enelaboracion.jpg|Edad media de la población extranjera ]]'' destaca la concentración de personas con edad media avanzada en la Costa del Sol, Costa Blanca, Costa Brava, todo el territorio insular, Ceuta y Melilla. Salvo en estos dos últimos enclaves, este fenómeno tiene que ver con la migración de europeos de la tercera edad hacia esas zonas en búsqueda de sol y entornos residenciales ligados al retiro o al descanso. Por el contrario, en las dos ciudades autónomas la elevada edad media de sus inmigrantes tiene que ver con una tradición emigratoria más antigua.
El origen de la población inmigrante viene marcado por el fuerte peso de las personas procedentes del continente americano (45%), seguido de los europeos (30%), los africanos (18%) y los asiáticos (7%) y es testimonial la representación de inmigrantes de Oceanía. El mapa ''[[:Archivo:Enelaboracion.jpg|Región mundial de nacimiento de la población extranjera ]]'' muestra su distribución municipal, mediante el índice de especialización por continentes de origen. Esto permite descubrir ciertos patrones de asentamiento, más allá de la importancia numérica de los contingentes poblacionales ya que, para todos los continentes, las principales colonias se asientan en las áreas urbanas de Madrid y Barcelona.
Esto es especialmente claro en el caso de los nacidos en América, que en un 40% se asientan en las dos grandes áreas urbanas del país. De hecho, la capital está especializada en inmigrantes americanos (y también en asiáticos), ya que más de dos tercios de las personas que han nacido en el extranjero comparten ese origen. Sin embargo, es en otras zonas de España donde su presencia porcentual es más importante: preferentemente en la franja norteña (desde Galicia a Navarra) y en el archipiélago canario. Algunas ciudades como A Coruña, Vigo, Bilbao, Pamplona y Santa Cruz de Tenerife tienen más de un 60% de extranjeros nacidos en América. La importancia de las migraciones históricas hacia ese continente explica la fuerte presencia actual de americanos en esas regiones.
Unas décadas más tarde, en los años sesenta y comienzos de los setenta, hubo otro período emigratorio muy importante. Como novedad, Europa fue en este caso el destino preferente de esos movimientos: más de dos millones de personas abandonaron el país con destino, sobre todo, a Francia, Alemania, Suiza, Bélgica y el Reino Unido.
La huella de la historia migratoria de los siglos XIX y XX explica la presencia de españoles en los continentes y países que fueron destino destacado de las sucesivas oleadas de emigrantes (mapas ''[[:Archivo:Enelaboracion.jpg|Españoles en el mundo ]]'' y ''[[:Archivo:Enelaboracion.jpg|Españoles en la Unión Europea]]'').
En la actualidad, la colonia española en el extranjero supera los 2,6 millones de personas, una cifra que no ha dejado de crecer desde el comienzo de la gran recesión de este siglo. Se trata de una población mayoritariamente oriunda de otros países, ya que solo uno de cada tres ha nacido en España. Los dos tercios responden generalmente a un doble modelo: los que han obtenido la nacionalidad española en su país de procedencia, por ser descendientes de españoles (muchos de los cuales ni siquiera han pisado España), y los naturalizados en nuestro país que, después de un período más o menos largo de residencia, han retornado a sus lugares de origen.
413
ediciones

Menú de navegación