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[[Archivo:Espana Epipaleolitico El-Neolitico-en-la-peninsula 2014 mapa 13978 16470 spa.jpg|left|thumb|300px|300px|Mapa de Epipaleolíticodel Neolítico. España. ]]
Los científicos distinguen un periodo culminante… y también inicial. Al entrar en el Holoceno, ya ha comenzado el actual periodo interglaciar. El ''sapiens'' va acelerando su cambio adaptativo a un clima más suave y a un paisaje vegetal y de fauna más favorable. Surgen comunidades cada vez más especializadas en la explotación de recursos muy diversos, como la caza, la recolección, la pesca o el marisqueo. Para algunos prehistoriadores, el Paleolítico estaría en su fase final: un Epi-paleolítico. Para otros, es ya un nuevo periodo, intermedio, o Mesolítico, que se inicia hacia el 12.000 a.C. y da paso, imperceptiblemente, al periodo Neolítico.
Se encuentran profusión de restos de herramientas y utensilios con la alta tecnificación exigida por las nuevas formas de subsistencia: arpones, azagayas, hoces, sierras, flechas, cuchillos, venablos… Las piedras se bruñen al máximo para su más adecuado uso y se fabrican microlitos incrustados en mangos de madera pulida para permitir su uso cortante, raspante o que pueda quedar prendido en la caza por su forma en ángulo. Determinados yacimientos ofrecen sugerentes muestras de cantos pintados.
En tres zonas estos testimonios hablan ya del rasgo más definitorio de lo que se clasifica como Neolítico: la sedentarización, aunque aún incipiente y estacional. Desde los Pirineos (yacimiento de Mas d´Azil, en Francia) y por toda el área septentrional se encuentran las culturas azilienses con la peculiaridad asturiense, caracterizada por instrumentos como el «pico asturiense» o los abundantes testimonios de vida marisquera («concheros»). En levante, con penetración interior por el valle del Ebro, aparecen culturas ganaderas con instrumentos microlaminares y geométricos. Y en el Atlántico, hasta el Algarve, una rica vida marítima costera, con recolección de moluscos en zonas inundables, donde existen indicios de chozas.
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Expresión artística en entre el Epipaleolítico Mesolítico y el Neolítico
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[[Archivo:Espana Arte-rupestre-levantino 2014 mapa 14803 spa.jpg|left|thumb|300px|300px|Mapa de arte rupestre levantino y esquemático. España. ]]
La total expansión expresiva del sapiens se concreta a partir del 12.000-10.000 a.C., muy señaladamente en el arco del levante peninsular con pinturas mucho más simples, esquemáticas y estilizadas que en el Paleolítico. Trazados sus contornos con líneas discontinuas, las figuras carecen aquí de policromía interior y son de menor tamaño. Están protagonizadas de nuevo por animales de caza, pero también por seres humanos, en escenas que buscan el movimiento y se disponen con cierto sentido narrativo. Y ya no están en cuevas, sino en abrigos rocosos, sin duda vinculados a asentamientos sedentarios. Muestras espléndidas se encuentran en Cogull, La Valltorta, Alpera o la Cueva de la Araña. Como en el arte franco cantábrico, encontramos estas manifestaciones se encuentran en paramentos parietales de toda la Península, sin perjuicio de que aparezcan mezclados con pinturas o grabados de posteriores épocas. Se agrupan en tres grandes espacios: el galaico-portugués, el sureño y, especialmente, el arco del levante, hasta el punto que se ha llegado a hablar de «arte levantino».
En otro orden de cosas son reseñables los petroglifos del norte-noroeste, de formas laberínticas, como el de Mogor (Marín) o antropomorfas como el Ídolo de Peña Tú, en Asturias. Grabados y pinturas de estas características indican, quizá, una forma de comunicación precursora de lo que más adelante serán los primeros pictogramas.