Discusión:Galicia
La pandemia COVID-19 en España. Primera ola: de los primeros casos a finales de junio de 2020
Monografías del Atlas Nacional de España. Nuevo contenido
Estructura temática > La pandemia COVID-19 en España > Comportamientos espaciales diferenciados > Galicia
Según los datos del Ministerio de Sanidad, Galicia fue de las comunidades autónomas donde la tasa de mortalidad provocada por la pandemia de la COVID-19 fue menor. En esta realidad estadística pueden haber influido muchos factores que van, desde la gestión de la pandemia por parte de las autoridades competentes, a las características territoriales de Galicia. De hecho, es en este último factor en el que se hace mayor hincapié.
Galicia contaba con 2,7 millones de habitantes a 1 de enero de 2020, que se distribuyen en sus casi 30.000 km2, mostrando una densidad de población de 91,3 hab./km2. En términos administrativos cuenta con 313 municipios y se divide en cuatro provincias, tres en contacto con la costa (Lugo, A Coruña y Pontevedra) y una en el interior (Ourense).
Tradicionalmente, el patrón espacial de distribución de su población se caracteriza por estar muy disperso por todo el territorio. De hecho, esta región concentra casi la mitad de las entidades de población de España. Esta ratio es aproximada- mente diez veces mayor que su peso demográfico a nivel nacional. A pesar de que en las últimas décadas se ha observado una crisis en este patrón tradicional de distribución de la población, y es evidente una tendencia a la concentración del efectivo humano, Galicia sigue mostrando ese sustrato histórico que le otorga una gran personalidad en el contexto español. Como queda reflejado en el tema Población, poblamiento y comorbilidad en España de esta misma monografía, donde se han cartografiado algunos indicadores básicos de la estructura territorial de los asentamientos humanos, Galicia ostenta valores muy elevados en población asentada en núcleos diseminados al margen del que hace de cabecera municipal con cifras por encima del 20% en las provincias de Lugo y Pontevedra—, así como un número muy alto de entidades de población por municipio que llega a alcanzar más de 40 en el conjunto de Galicia. Ello implica densidades de asentamientos por encima de 20 entidades singulares de población por 10 km2 en buena parte del territorio y un peso muy significativo de la población en diseminado en algunos municipios hasta alcanzar valores cercanos al 70%.
Actualmente, la mayor parte de la población se concentra cerca del llamado eje urbano atlántico, el espacio que rodea la autopista AP-9 que une el norte de Galicia con Portugal. Esta área se encuentra en la zona oeste de la comunidad, muy cerca de la línea de costa. Las principales ciudades de esta región, cinco de las siete más pobladas de Galicia, se encuentran a lo largo de este eje. Vigo y A Coruña son las dos ciudades más importantes con aproximadamente 300.000 habitantes cada una. El resto de las ciudades principales tienen poblaciones de unos 100.000 habitantes, a excepción de Pontevedra y Ferrol, que están menos pobladas. Desde una perspectiva urbana, Galicia siempre se caracterizó por la falta de ciudades intermedias (entre 30.000 y 100.000 habitantes), pero en las últimas décadas esta situación ha cambiado, y ha surgido un pequeño grupo de ciudades inter- medias como Narón, Arteixo, Ames, etc., localizadas principalmente en el área metropolitana de las ciudades más importantes.
El patrón urbano de Galicia muestra una jerarquía dominada por el sector occidental, que orbita en torno al eje urbano atlántico, con dinámicas demográficas positivas, tanto desde una perspectiva cuantitativa (tasas de fertilidad más altas, saldos migratorios positivos), como cualitativa (población menos envejecida y estructuras demográficas más dinámicas). Justo lo contrario ocurre en la zona oriental donde las dos principales áreas urbanas son las dos capitales de provincia, que concentran gran parte de la actividad socioeconómica de sus respectivas provincias. El resto del territorio, de naturaleza más rural, se articula sobre la base de un grupo de ciudades y villas cabecera que dominan grandes espacios, y cuya influencia va más allá de sus unidades administrativas.
Otro factor socioeconómico importante en Galicia es su estrecha relación con el mar. De hecho, a lo largo de sus más de 1.700 km de costa, cuenta con 128 puertos. De ellos 122 son responsabilidad del gobierno regional y 6 los gestiona el ente público Puertos del Estado. Las tareas relacionadas con el mar en estos puertos son múltiples, e implican desde actividades puramente pesqueras (realizadas en alta mar, en tierra, marisqueo, etc.), actividades comerciales con carga y descarga de mercancías, pasajeros (transporte regular y cruceros) hasta actividades náuticas recreativas y turísticas.
El patrón descrito genera una serie de consecuencias sociales y económicas con gran trascendencia para Galicia y, por tanto, con repercusión para entender el impacto de la pandemia COVID-19 en esta región.
En los mapas se cartografía los datos de afectados en esta comunidad desde el inicio de la epidemia hasta el 30 de junio de 2020. La información fue facilitada por el Servizio Galego de Saúde (SERGAS), autoridad competente en la gestión sanitaria de la comunidad. La base de datos cuenta con 10.853 casos de pacientes con sus respectivos domicilios. La ubicación de estos casos permite reconocer el impacto de la enfermedad en su distribución espacial y acercarse a una mejor comprensión de su comportamiento territorial.
Para obtener una buena visualización de los datos, se planteó una agregación de los mismos a nivel municipal. El primero de los mapas, denominado Casos de COVID-19 en Galicia, refleja la incidencia de la pandemia en los municipios gallegos, mientras que en los mapas siguientes se representa, mediante puntos o nodos, los casos de COVID-19 geolocalizados. Se constata que, por un lado, la propagación geográfica del virus fue claramente más significativa en el entorno del eje urbano atlántico, especialmente en las áreas cercanas a las principales ciudades. Resulta plausible establecer una primera hipótesis en la que se podría decir que la estructura del poblamiento ha influido en el grado de afección de la pandemia al ser un elemento de contención a la difusión del virus, dada la mayor dispersión social y, en definitiva, la menor intensidad del contacto físico. Por otro lado, se observa una cierta correlación espacial entre la población total y el número de casos reportados en cada municipio. Las zonas más damnificadas corresponden a las áreas de influencia de las ciudades de A Coruña, Santiago de Compostela y Ourense.
En estas áreas periurbanas se concentran muchas de las áreas residenciales, además de actividades relacionadas con la industria. Estos espacios se caracterizan por un gran dinamismo basado en un alto número de interacciones sociales. En suma, la propagación del virus se produjo principalmente en las ciudades, las cuales propiciaron una intensa difusión en sus nodos vecinos más cercanos, especialmente en el caso de las dos ciudades más pobladas, Vigo y A Coruña. Mientras, los nodos rurales envejecidos y con menor dinamismo, se vieron menos expuestos al virus. De la misma forma, cabe señalar que algunos de los primeros focos coincidieron, en su mayor parte, con áreas residenciales localizadas en el entorno de las principales ciudades y también se comprobó la peligrosidad de los centros colectivos, como las residencias de ancianos, localizados a menudo en áreas rurales, incluso antes de que las autoridades les prestasen la atención necesaria.
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