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Transporte por carretera
La red de carreteras permite articular el funcionamiento del sistema productivo al conectar personas y mercancías con orígenes y destinos. Más del 95% de los movimientos de mercancías se realizan por carretera, aunque los vehículos pesados representan menos del 10% de los desplazamientos. Predominan los flujos de personas –realizados mayoritariamente en transporte individual– por motivos laborales, estudio, ocio, etc. Estos movimientos, debido a la especialización territorial y a la extensión de la ciudad difusa, saturan a diario los accesos a las grandes ciudades. No resulta extraño, por lo tanto, que el tráfico, una de las variables de demanda más destacadas, muestre claramente los efectos de las restricciones a la movilidad, sobre todo de personas, derivadas de la pandemia COVID-19.
En los cuatro meses de referencia de 2020 la disminución del tránsito de mercancías fue menor que el de pasajeros. Este hecho tiene una fácil explicación por las medidas que aseguraron el abastecimiento a la población, como carriles prioritarios para camiones, acceso a los servicios necesarios o la exención temporal de los tiempos de conducción y descanso (Báguena, 2020). La carretera, una vez desaparecidas las restricciones, se convirtió en uno de los modos de transporte que más rápidamente ha recuperado los tráficos, sobre todo, de vehículos pesados (mercancías), tanto en el tráfico interno como en los tráficos fronterizos (Martos, 2020).

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