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Los mapas de evolución de la movilidad intraprovincial reflejan cómo las restricciones a la movilidad afectaron a la vida de los españoles durante las primeras semanas de la pandemia, con una reducción de la movilidad máxima en la fase de restricciones más duras y una recuperación paulatina de la movilidad intraprovincial a medida que se avanzaba hacia el verano de 2020. Las diferencias entre provincias, escasas, se deben principalmente a las características provinciales. Así, por ejemplo, en las provincias con mayor proporción de empleos en oficinas se pudo implementar el teletrabajo de forma más mayoritaria, mientras que en las de carácter más agrícola e industrial la necesidad de trabajar de forma presencial implicó una mayor movilidad laboral. Estas diferencias entre provincias son más apreciables en la primera semana, que muestra una mayor caída de la movilidad en Madrid y Barcelona que en el resto del país. Situación que también se repite en la primera y tercera semanas de la desescalada. Sin embargo, el mapa de la situación en la cuarta semana de confinamiento muestra claramente el cierre prácticamente completo de la actividad en el país, lo que se tradujo en una caída enorme de la movilidad en todas las provincias.
 
La movilidad entre provincias muestra un comportamiento semejante a los viajes dentro de ellas. Nuevamente las diferencias entre provincias son más marcadas en las primeras semanas de confinamiento y en las semanas de la desescalada, mientras, en la semana de mayores restricciones, todas las provincias ven reducida de forma brusca los viajes a otras provincias. Las mayores diferencias se vuelven a encontrar entre Madrid y Barcelona con sus provincias limítrofes. Madrid y Barcelona reducen sus desplazamientos a otras provincias de forma notable en todas las semanas. Muchos de los viajes desde estas provincias son viajes por negocios y reuniones de trabajo o por ocio. Los primeros pudieron suprimirse gracias a las teleconferencias y reuniones virtuales y los segundos fueron limitados. Al contrario, provincias como Guadalajara, Toledo o Segovia
y Ávila tienen una alta relación laboral con Madrid, lo que hace que mantengan una proporción de viajes interprovinciales habitualmente por encima de la media del país. Esta situación se repite entre Barcelona y el resto de las provincias catalanas, y en menor medida aparece un comportamiento parecido también en casos como Sevilla, Valladolid, A Coruña o Zaragoza y sus entornos provinciales. La caída de la movilidad interprovincial fue especialmente intensa en las islas debido a su marcado componente turístico y a estar canalizada por el avión.
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La movilidad entre provincias muestra un comportamiento semejante a los viajes dentro de ellas. Nuevamente las diferencias entre provincias son más marcadas en las primeras semanas de confinamiento y en las semanas de la desescalada, mientras, en la semana de mayores restricciones, todas las provincias ven reducida de forma brusca los viajes a otras provincias. Las mayores diferencias se vuelven a encontrar entre Madrid y Barcelona con sus provincias limítrofes. Madrid y Barcelona reducen sus desplazamientos a otras provincias de forma notable en todas las semanas. Muchos de los viajes desde estas provincias son viajes por negocios y reuniones de trabajo o por ocio. Los primeros pudieron suprimirse gracias a las teleconferencias y reuniones virtuales y los segundos fueron limitados. Al contrario, provincias como Guadalajara, Toledo o Segovia
y Ávila tienen una alta relación laboral con Madrid, lo que hace que mantengan una proporción de viajes interprovinciales habitualmente por encima de la media del país. Esta situación se repite entre Barcelona y el resto de las provincias catalanas, y en menor medida aparece un comportamiento parecido también en casos como Sevilla, Valladolid, A Coruña o Zaragoza y sus entornos provinciales. La caída de la movilidad interprovincial fue especialmente intensa en las islas debido a su marcado componente turístico y a estar canalizada por el avión.
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En conclusión, los datos de telefonía móvil han aportado información de gran utilidad para las autoridades sanitarias a lo largo de la pandemia, permitiendo comprobar el grado de cumplimiento de las medidas de restricción de la movilidad y su relación con la dinámica registrada en los principales indicadores epidemiológicos.
 
 
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