Cambios

Para el estudio de la evolución de los casos, se ha trabajado con la cifra por fecha de notificación y lugar de residencia. El 31 de enero de 2020 se notifican los primeros casos de COVID-19 en Madrid, Barcelona, Castellón y Valencia. El 2 de febrero hay ya notificaciones también en Cáceres, en las provincias gallegas de Pontevedra y Ourense, León, así como en otras del del sur peninsular (Cádiz, Granada) y en Santa Cruz de Tenerife. A partir del 23 de febrero, la incidencia se extiende con gran rapidez por Valencia, Alicante, Bizcaia, Álava, Pamplona, La Rioja, Toledo, Ciudad Real y Málaga, además de los focos de Madrid y Barcelona. El avance es importante, y ya el 8 de marzo se habían notificado casos en las demás provincias, acumulándose más de 250 casos desde el inicio del registro de datos en Álava, Valencia, La Rioja, Alicante, Navarra y Málaga mientras en Barcelona, se superan superaban los 1.500 , y en Madrid se alcanzan alcanzaban 5.774 casos. La progresión de los contagios es rápida y se focaliza con mayor intensidad en las provincias más pobladas y con mayor interrelación tanto intranacional como internacional. De ese modo, tanto Madrid como Barcelona se consolidaron como los dos focos de infección principales en el país. De considerar la incidencia en términos relativos, medida en casos por 100.000 habitantes, destaca el interior peninsular, en concreto, los focos de Madrid, La Rioja, Ciudad Real y Soria, superándose los 130 casos por 100.000 habitantes en Álava. Las provincias con menor incidencia acumulada, tanto en cifras absolutas como relativas son las del litoral cantábrico, Murcia y las provincias andaluzas (excepto Málaga), además de Huesca, Badajoz, Tarragona y Castellón.