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Discusión:Actividades agrarias

283 bytes añadidos, 15:47 2 mar 2023
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[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de superficie forestal arbolada. 2018. España]]
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[[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Mapa de superficie forestal arbolada por tipo de vegetación dominante. 2018. España]]
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[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Gráfico de la evolución de la superficie forestal arbolada. 2005-2018. Epaña]]
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En la actualidad, alrededor del 55% del territorio nacional se considera terreno forestal. De estos 28 millones de hectáreas, más de 18 millones están ocupadas por montes arbolados y el resto por zonas de arbolado disperso, matorrales, pastizales y otras formaciones. España es así, dentro de la Unión Europea, el segundo país con mayor superficie forestal, únicamente superado por Suecia, y el cuarto si tenemos en cuenta la ocupación forestal en relación con su territorio, por detrás nuevamente de Suecia, Finlandia y Eslovenia. Esta singularidad hispana se relativiza si consideramos la superficie forestal per cápita, ya que en ese caso España es dentro de la Unión el noveno país, en todo caso ligeramente por encima de la media europea.
Esta situación actual es en buena medida resultado de la recuperación en los montes que se produce a partir de mediados del siglo XX, apoyada en el abandono de la agricultura marginal y en un relajamiento de la presión sobre los recursos forestales, como consecuencia de la generalización como fuentes de energía de la electricidad y los combustibles fósiles. De esta manera, la superficie forestal presenta una tendencia positiva en los últimos 50 años, con un incremento medio anual de cerca de 1.700 km<sup>2</sup>. Además, los terrenos arbolados crecen a mayor ritmo que el conjunto de la superficie forestal, de forma que en la actualidad representan más del 71% de esta, cuando no llegaban al 50% en los años 60 del siglo pasado.
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Mapa de superficie forestal arbolada por tipo de vegetación dominante]][[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Gráfico de la evolución de la superficie forestal arbolada]]Este incremento de la superficie forestal y los cambios cualitativos ocurridos en ella suponen un enorme desafío para su gestión, si tenemos en cuenta el vaciamiento demográfico de una buena parte del mundo rural y lo que eso implica en términos de merma en el manejo de esas áreas. Tampoco se debe olvidar la invasión puntual, en el tiempo y en el espacio, por parte de la población urbana de ese territorio, con necesidades, exigencias y concepciones singulares, así como valorar la situación de cambio global, que amplifica los riesgos de estas masas vegetales desde distintas perspectivas.
La localización del espacio forestal se explica fundamentalmente por el uso secular del suelo, que a su vez ha estado condicionado por el relieve; la fisiografía explica, pues, mejor que las cuestiones socioeconómicas o demográficas, la configuración geográfica del ámbito forestal y lo acontecido durante las últimas décadas ha profundizado aún más esta lógica. En consecuencia, no existe una relación directa, por ejemplo, entre el grado de desarrollo económico y la superficie forestal absoluta o relativa de cada zona. Así, si el País Vasco y Cataluña son las comunidades autónomas con el mayor porcentaje de superficie arbolada respecto a la geográfica, Canarias y el Principado de Asturias presentan los valores relativos más altos de superficie forestal total.
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de evolución de las repoblaciones forestales]]No puede extrañar, por tanto, que los terrenos montaraces sean en lo fundamental un atributo de las áreas serranas, con la excepción notable de choperas y fresnedas, por un lado, y de los montes adehesados que tapizan las penillanuras. De hecho, las dehesas son la formación montaraz que globalmente presenta en España una pendiente media más baja (5,7%), mientras que el resto de unidades que distingue el proyecto Corine Land Cover, y que exhiben una identidad forestal, se asientan sobre zonas con pendientes claramente superiores, siempre por encima del 12%. Aunque de forma menos clara, también hay una cierta asociación entre la altitud y las áreas forestales, que siempre aparecen en sus valores medios, por encima de los suelos de uso agrícola, y eso a pesar de la importancia agraria que tienen en nuestro país las mesetas.

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