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Discusión:Actividades agrarias

779 bytes añadidos, 15:55 2 mar 2023
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[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Gráfico de la evolución de la superficie forestal arbolada. 2005-2018. EpañaEspaña]]
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Este incremento de la superficie forestal y los cambios cualitativos ocurridos en ella suponen un enorme desafío para su gestión, si tenemos en cuenta el vaciamiento demográfico de una buena parte del mundo rural y lo que eso implica en términos de merma en el manejo de esas áreas. Tampoco se debe olvidar la invasión puntual, en el tiempo y en el espacio, por parte de la población urbana de ese territorio, con necesidades, exigencias y concepciones singulares, así como valorar la situación de cambio global, que amplifica los riesgos de estas masas vegetales desde distintas perspectivas.
La localización del espacio forestal se explica fundamentalmente por el uso secular del suelo, que a su vez ha estado condicionado por el relieve; la fisiografía explica, pues, mejor que las cuestiones socioeconómicas o demográficas, la configuración geográfica del ámbito forestal y lo acontecido durante las últimas décadas ha profundizado aún más esta lógica. En consecuencia, no existe una relación directa, por ejemplo, entre el grado de desarrollo económico y la superficie forestal absoluta o relativa de cada zona. Así, si el País Vasco y Cataluña son las comunidades autónomas con el mayor porcentaje de superficie arbolada respecto a la geográfica, Canarias y el Principado de Asturias presentan los valores relativos más altos de superficie forestal total.
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de evolución de las repoblaciones forestales. 2005-2017. España]]No puede extrañar, por tanto, que los terrenos montaraces sean en lo fundamental un atributo de las áreas serranas, con la excepción notable de choperas y fresnedas, por un lado, y de los montes adehesados que tapizan las penillanuras. De hecho, las dehesas son la formación montaraz que globalmente presenta en España una pendiente media más baja (5,7%), mientras que el resto de unidades que distingue el proyecto Corine Land Cover, y que exhiben una identidad forestal, se asientan sobre zonas con pendientes claramente superiores, siempre por encima del 12%. Aunque de forma menos clara, también hay una cierta asociación entre la altitud y las áreas forestales, que siempre aparecen en sus valores medios, por encima de los suelos de uso agrícola, y eso a pesar de la importancia agraria que tienen en nuestro país las mesetas.
Por lo que se refiere a la composición y estructura de los montes, la superficie arbolada se clasifica en frondosas o coníferas cuando el porcentaje de ocupación en la masa es superior o igual al 70%, y, en caso de no ser así, se considera mixta. Pues bien, en España las frondosas suponen el 55,5% del total arbolado; estos porcentajes se elevan considerablemente en algunas CC.AA., como Extremadura , Principado de Asturias y Cantabria, donde alcanzan una proporción en torno al 90% de la superficie arbolada; en el caso extremeño esto se explica fundamentalmente por la influencia de las dehesas, como ocurre en otras áreas del occidente ibérico. Por el contrario, y como se puede ver en el mapa Superficie forestal arbolada por tipo de vegetación dominante, las coníferas predominan en la zona oriental, y así se supera el 78% de la superficie forestal arbolada en la Comunitat Valenciana y el 90% en la Región de Murcia. Por último y por lo que hace referencia a las masas boscosas de tipo mixto, las mayores extensiones de este tipo se encuentran en el norte, en concreto, en la zona pirenaica, en Galicia y en Cataluña.
<div><ul style="text-align: center"> <li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|rightleft|thumb|300px|Mapa de las repoblaciones forestales. 2017. España]]</li><li style="display: inline-block; vertical-align:top">[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Gráfico de la evolución de las repoblaciones forestales. 2005-2018. España]]</li></ul></div>Es preciso recordar que en los bosques españoles existe una notable diversidad, que se evidencia, por un lado, en la cantidad de especies presentes, pero también cuando se atiende a la variedad de sus montes arbolados. Y de hecho la información que nos proporciona el último Inventario Forestal Nacional subraya que algo más del 80% de nuestros montes están constituidos por dos o más especies de árboles. En todo caso los encinares son los montes más comunes en nuestro país; si los consideramos juntamente con las dehesas (que en su mayor parte son encinares), suponen alrededor del 27% de la extensión arbolada. Las siguientes formaciones en importancia son los pinares de carrasco, negral y albar, que conjuntamente significan el 24,5% de esos montes arbolados.
Como hemos comentado, la evolución positiva de la superficie arbolada se debe fundamentalmente a la dinámica natural, ya que la política de repoblación forestal, que en buena medida se lleva a cabo con financiación autonómica, no presenta la amplitud que tuvo en la segunda mitad del siglo XX. En el gráfico Evolución de las repoblaciones forestales se aprecia cómo, en los últimos veinte años, la tendencia del esfuerzo repoblador es claramente menguante, desde un total nacional que se situaba anualmente cerca de las 130.000 ha a las poco más de 10.000 ha de los últimos años. Esta evolución es bastante común a las diferentes regiones españolas, aunque algunas comunidades autónomas septentrionales (Principado de Asturias, Cantabria, el País Vasco y Navarra) escapan a este comportamiento.
El mapa Repoblaciones forestales muestra que la principal característica de la actual política forestal es el énfasis en la utilización de especies protectoras en algunos territorios, donde son las únicas especies de repoblación (sur de España, Madrid y Huesca) o representan porcentajes de superficie repoblada muy elevada (Segovia, Soria, Álava, Gipuzkoa y Burgos). También destaca la importancia del esfuerzo repoblador en antiguas tierras agrícolas, sobre todo en Asturias y en la cuenca del Duero. En los últimos años ha vuelto a tomar impulso la forestación con especies productoras, lo que resulta especialmente patente en las provincias más septentrionales. Hay una gran variedad de especies utilizadas en la forestación, tanto en el caso de montes productores como en el de montes protectores.
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[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Gráfico de la evolución de las fuentes de financiación de las repoblaciones forestales.017. España]]
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[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Gráfico de la evolución de las repoblaciones forestales. 2005-2018. España]]
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