622
ediciones
Cambios
sin resumen de edición
{{ANESubirArriba}}
{{ANETextoEpigrafe|epigrafe=Superficie agraria utilizada}}[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de superficie agrícola. 2018. España]][[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Mapa de la superficie agrícola utilizada. 2018. España]]
El Censo Agrario entiende por Superficie Agraria Utilizada (SAU) el conjunto de la superficie de tierras labradas y tierras para pastos permanentes.
Las tierras labradas, por su parte, reciben cuidados culturales, sea cual fuere su aprovechamiento y la fecha en que se haya realizado dentro del año agrícola. Comprenden distintas ocupaciones: cultivos herbáceos (tierras aradas o cultivadas con regularidad, generalmente por el sistema de rotación de cultivos; incluyen cereales, cultivos forrajeros, hortalizas, flores y plantas ornamentales, semillas y plántulas destinadas a la venta y otros cultivos herbáceos) barbechos (tierras que han permanecido en descanso durante el curso de la campaña, sin ningún cultivo, pero que han recibido algunas labores), huertos familiares (superficies destinadas al cultivos de productos agrarios hortofrutícolas -incluida la patata-, cuya producción se dedica principalmente al autoconsumo en la explotación) y cultivos leñosos (cítricos, frutales, bayas, olivar, viñedo, viveros de cultivos leñosos no forestales, cultivos leñosos en invernadero y otros cultivos permanentes).
El Censo Agrario entiende por tierras para pastos permanentes las no incluidas en la rotación de cultivos, dedicadas de forma permanente (por un periodo de cinco años o más) a la producción de hierba, ya sea cultivada o natural, pudiendo usarse estas superficies para pastos o segarse para ensilado o heno. Comprenden, a su vez, diversos tipos:
c) prados permanentes y pastos que ya no se utilizan a efectos de producción, se mantienen en buenas condiciones agrarias y medioambientales y tienen derecho a un régimen de ayudas.
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Gráfico de la superficie agrícola utilizada. 2018. España]]La distribución geográfica de la SAU en España ofrece unos resultados bastante acomodados, nuevamente, a las condiciones ecológicas del territorio. Su extensión abarca, sobre todo, los espacios más llanos, abiertos y sedimentarios de las regiones interiores (cuenca del Duero, cuencas del Tajo y del Guadiana, valle del Ebro y valles interiores del Sistema Ibérico), parte de las regiones de la fachada mediterránea oriental (una estrecha franja ajustada al litoral desde el sur de Cataluña hasta el sur de la provincia de Valencia, que luego se ensancha más en el sudeste, en la región de Murcia y por los valles que la atraviesan –Segura, Guadalentín–), el valle del Guadalquivir (prolongado hacia el oeste por las cuencas del Tinto y el Odiel y hacia el este-sudeste por las del Guadalete y Barbate), las hoyas o depresiones intrabéticas de Andalucía oriental y también por una buena parte de Mallorca (el Plá y el Llevant). En el gráfico Evolución de la superficie agrícola utilizada se aprecia que, en cifras absolutas, son algo más de 26 millones de hectáreas la extensión que tiene la SAU. Ambas castillas, Andalucía, Aragón, Extremadura y Cataluña son las comunidades que sobrepasan el millón de hectáreas cada una, lo que representa algo más de la mitad de la superficie geográfica (51,8%), umbral porcentual que sobrepasan Extremadura y Castilla y León (más del 60% cada una), Andalucía, La Rioja y Castilla-La Mancha (mapa Superficie agrícola utilizada). Por el contrario, no llegan al tercio o lo alcanzan muy ajustadamente la mayor parte de las comunidades del norte de España, así como las de la fachada mediterránea oriental (a excepción de Murcia). Estas diferencias se refuerzan todavía más a escala provincial, más detallada, donde son tres provincias castellano-leonesas vinculadas a Tierra de Campos (Valladolid, Zamora y Palencia) en las que la SAU representa en torno a las tres cuartas partes de la superficie geográfica, mientras que en una mayoría de las del norte está en el entorno de una cuarta parte tan solo. La composición interna de la SAU es, igualmente, contrastada. Precisamente, en las comunidades cántabro-atlánticas es donde domina la extensión de la tierra para pastos permanentes (con valores que en el sector central o asturcantábrico llegan a la práctica totalidad de la SAU); la distribución es más equilibrada en Badajoz, parte de las provincias de Castilla y León y La Rioja y se apoya en los cultivos (con valores del 80 al 90%) en Illes Balears, Valencia y Castilla-La Mancha.[[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Gráfico de la superficie agrícola utilizada. 2018. España]]
La superficie cultivada en España ha ido descendiendo significativamente desde el último decenio del siglo XX, si bien es cierto que mientras la ocupada por los cultivos de regadío se ha incrementado ligeramente, la de secano ha retrocedido mucho más. Hoy son casi 17 millones de hectáreas las que alcanzan las tierras cultivadas (sobrepasaron ligeramente los 20 millones en 1990), una tercera parte de la superficie geográfica de España, siendo la mayor parte cultivos herbáceos (52,8 % de la superficie cultivada), que ocupan casi el doble que los cultivos leñosos (29,1%). Los barbechos y otras tierras no ocupadas suponen el 18% restante, valor tampoco desdeñable. La superficie de prados y pastizales, por su lado, no ha variado mucho en los últimos años y equivale a casi una quinta parte de la superficie geográfica nacional. Incluye, aunque a partes desiguales, la extensión que alcanzan los pastizales (que es la más representada y equivale casi a un 63,5%), la de los prados naturales (un 11,5%) y la de «erial a pastos» (también para aprovechamiento ganadero, si bien más temporal), que es de una cuarta parte. Desde el año 2008 este último aprovechamiento se contabiliza como superficie de prados y pastizales, a diferencia de años anteriores, que estaba incluido en «otras superficies», lo que explica la variación observada en los gráficos de evolución de las superficies. Por encima de una cuarta parte de la superficie geográfica ocupada por prados y pastizales sobresalen las comunidades del norte, más orientadas tradicionalmente a la ganadería (Asturias 39,8% y Cantabria el 49,2%), pero asimismo Canarias, casi con un 37,8% (por la amplia extensión del erial, razón que explica también que la provincia de Almería sea la segunda provincia española con más representatividad de esta ocupación), La Rioja (zona donde históricamente los ganados trashumantes han pastado todo el borde serrano meridional de esta región), Extremadura y Castilla y León (con valores muy elevados en las provincias de Ávila y Salamanca).
{{ANESubirArriba}}{{ANETextoEpigrafe|epigrafe=Secano}}
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de superficie de secano. 2018. España]][[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Mapa de superficie de secano según grupos de cultivo. 2018. España]]Se entiende como secano la tierra de labor que no tiene riego y que sólo participa del agua llovediza. Conviene precisar también, para evitar posibles lugares comunes con zonas de erial, que hablar de secanos significa la existencia de una actividad agraria concreta, sea del tipo que sea.
Se puede afirmar que el secano ha sido, sin ninguna duda, la forma de aprovechamiento labrado de la tierra de mayor tradición histórica y la de mayor extensión superficial en España. Están asociados en buena parte estos secanos con el concepto de trilogía mediterránea, donde se integran como cultivos fundamentales los cereales de invierno (trigo y cebada), el olivo y la vid, si bien entre los cultivos leñosos ocupan amplios espacios (en algunos casos están en franco avance territorial) otras especies como el almendro.
Pero el mundo de los secanos es mucho más complejo que lo que pudiera deducirse de estos rasgos básicos, pues intrínsecos con los cultivos esenciales van un conjunto de técnicas o sistemas de cultivo que, a la larga, amplían y diversifican el espectro agrario de dichos secanos. Nos referimos a la práctica del barbecho y rotación de cultivos, que introducen variedad y diversidad, con la presencia de las leguminosas y algunas forrajeras; en este mismo sentido, el aprovechamiento ganadero de los residuos de las cosechas (rastrojos) abre un espacio híbrido entre secanos y ganadería extensiva con el que, en determinados aspectos, conviene contar.
Sin embargo, el secano viene experimentando desde mediados del pasado siglo un manifiesto retroceso superficial, como se aprecia en el gráfico Evolución de la superficie de secano; retroceso que en muchos casos no va asociado exclusivamente al avance y auge del regadío, sino que tiene mucho que ver con el abandono de la labranza en determinadas tierras que, en pura lógica, son las menos productivas. Ello, sin embargo, no puede hacer ignorar la importancia que, incluso en estos casos de retroceso, los secanos han tenido en nuestra historia agraria y su importante contribución económico-social y cultural en buena parte de España.
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Gráfico de evolución de la superficie de secano. 1990-2018. España]]
Con todo, las tierras de secano ocupan prácticamente el 78 % del total de las tierras labradas en España, resultado de situaciones regionales particularizadas en las que el secano puede estar explicado por factores climáticos positivos (la abundante humedad ambiental hace innecesario el riego), o por la causa contraria: situaciones ambientales que imposibilitan el riego.
Sobre este escenario se imponen, como protagonista fundamental y aprovechamiento más generalizado, los cultivos herbáceos, a cuya superficie, en muchos casos, habría que añadir los barbechos que suelen ir asociados a las técnicas productivas habituales tendentes a hacer compatibles producción continuada y conservación de los suelos.
También ocupan un lugar significativo dentro de los secanos españoles los cultivos leñosos, que adquieren un especial significado en la Comunitat Valenciana (casi 70% del total de los secanos), Andalucía (52,2%), Murcia (49,3%), La Rioja (42,1%), etc. En el polo opuesto, los leñosos de secano están prácticamente ausentes (y por razones bien diferentes) en Cantabria (4,3% del total) y Castilla-León (2,8%).
En cualquier caso, por su posición en el contexto de un desarrollo sostenible y de preservación de la biodiversidad, los secanos deben dejar de ser vistos como un residuo agrario testimonial y arcaico del pasado, y pasar a su consideración como un fragmento irrenunciable de nuestra cultura y patrimonio, fundamentado durante siglos como base del suministro de alimentos de la población y cuya conservación es, en algunos casos, garantía y aval frente a la desertización, tanto vegetal como demográfica.
{{ANESubirArriba}}{{ANETextoEpigrafe|epigrafe=Regadío}}
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de superficie de regadío. 2018. España]][[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Mapa de superficie de regadío según grupos de cultivo. 2018. España]]
Entendido como la superficie cultivable que se beneficia, mediante el uso de diversas técnicas, de un suministro artificial de agua, es un paisaje agrario sustancialmente relacionado con la historia, la economía, y la política agraria e hidrológica de nuestro país.
Más de cien años después, en 2018 y según el Anuario de Estadística del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), la superficie regada nacional ocupa 3.796.682 ha, en su mayoría con aguas superficiales. Una extensión que significa una multiplicación por 2,8 respecto al año 1918, y que supone en la actualidad el 22,6% de la extensión cultiva da del país, el 7,5% de su superficie geográfica y una repercusión económica en torno al del 35% del Producto Bruto Agrícola nacional. [[Archivo:Espana Superficie-de-regadio 2012 mapa 15232 spaEnelaboracion.jpg|leftright|thumb|300px|Mapa Gráfico de la superficie de regadío . 20122018. España. [http://centrodedescargas.cnig.es/CentroDescargas/busquedaRedirigida.do?ruta=PUBLICACION_CNIG_DATOS_VARIOS/aneTematico/Espana_Superficie-de-regadio_2012_mapa_15232_spa.pdf PDF]]A ese incremento superficial, también se ha sumado una considerable inversión tecnológica, especialmente en el campo del uso del regadío localizado. [http://centrodedescargas.cnig.es/CentroDescargas/busquedaRedirigida.do?ruta=PUBLICACION_CNIG_DATOS_VARIOS/aneTematico/Espana_Superficie-Así, mientras en 1918 la inmensa mayoría del regadío nacional utilizaba el sistema de-regadio_2012_mapa_15232_spagravedad, en 2015 este escenario se ha invertido.zip Datos]]]Esos planteamientos y Hoy el protagonismo sistema de sus líderes riego más extendido, gracias a favor de la expansión creciente importancia del regadíode frutales y olivares, agitaron es el interés de los propietarios de las tierras e impulsaron las primeras políticas estatales localizado, que habrían representa prácticamente la mitad de auxiliar la superficie total regada. Le sigue el impulso del regadío a gran escalatradicional sistema de gravedad, con el 26,9% de la construcción de grandes infraestructuras y extensión total; la aplicación de técnicas de modernización queaspersión, sobre todocon el 15, habrían de transformar 3%; y los paisajes de aquellas comarcas conocidos como sistemas automotrices, con las condiciones algo más benignas, pues presentaban caracteres naturales y humanos propicios para el regadío y sus cambiosdel 8%. Unos cambios Unas cifras que dejarán atrás las antiguas huertas tradicionales, ubicadas en los medievales ruedos urbanossin duda, o demuestran la verdadera revolución tecnológica conocida por este sector en las riberas de ríosúltimas décadas, arroyos y manantiales; para dar paso a las grandes zonas regables bajo patrocinio estatal, que irán propagándose por los valles fluviales del país o por las costas así como la progresiva reducción de la vertiente mediterráneasus consumos hídricos.
En el ''Anuario Estadístico de España'' de 1858 ya se menciona lo que respecta a la presencia distribución del regadío por provincias (mapa Superficie de 1.142.000 ha regadío según grupos de regadío. Una extensión cultivo), las provincias queencabezan las estadísticas son Sevilla, Jaén, Zaragoza, Huesca, sin incluir a Navarra Ciudad Real y País VascoMurcia, parece desmesurada para todas ellas con cifras superiores al 5% de la épocasuperficie regada total de España. Lo más probable es que esta superficie incluyera aún los pastos y prados naturales con regadío eventual que, por ejemplo, se daban Le siguen en provincias como León o La Coruñaimportancia Valencia, hoy A CoruñaAlbacete, que en este anuario aparecían como importantes territorios irrigados junto a Zaragoza o ValenciaLleida y Badajoz; representan más de la mitad de la superficie regada española.
{{ANEAutoria|Autores=Juan Ignacio Plaza Gutiérrez, Felipe Fernández García, María Hernández Hernández, José Manuel Llorente Pinto, José Naranjo Ramírez, Martín Torres-Márquez}}
{{ANESubirArriba}}{{ANETextoEpigrafe|epigrafe=Superficie forestal}}
{{ANEAutoria|Autores=Juan Ignacio Plaza Gutiérrez, Felipe Fernández García, María Hernández Hernández, José Manuel Llorente Pinto, José Naranjo Ramírez, Martín Torres-Márquez}}
{{ANESubirArriba}}
{{ANETextoEpigrafe|epigrafe=Superficie forestal}}
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|left|thumb|300px|Mapa de superficie forestal arbolada. 2018. España]][[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Mapa de superficie forestal arbolada por tipo de vegetación dominante. 2018. España]]
En la actualidad, alrededor del 55% del territorio nacional se considera terreno forestal. De estos 28 millones de hectáreas, más de 18 millones están ocupadas por montes arbolados y el resto por zonas de arbolado disperso, matorrales, pastizales y otras formaciones. España es así, dentro de la Unión Europea, el segundo país con mayor superficie forestal, únicamente superado por Suecia, y el cuarto si tenemos en cuenta la ocupación forestal en relación con su territorio, por detrás nuevamente de Suecia, Finlandia y Eslovenia. Esta singularidad hispana se relativiza si consideramos la superficie forestal per cápita, ya que en ese caso España es dentro de la Unión el noveno país, en todo caso ligeramente por encima de la media europea.
[[Archivo:Enelaboracion.jpg|right|thumb|300px|Gráfico de la superficie forestal arbolada. 2005-2018. España]]
Esta situación actual es en buena medida resultado de la recuperación en los montes que se produce a partir de mediados del siglo XX, apoyada en el abandono de la agricultura marginal y en un relajamiento de la presión sobre los recursos forestales, como consecuencia de la generalización como fuentes de energía de la electricidad y los combustibles fósiles. De esta manera, la superficie forestal presenta una tendencia positiva en los últimos 50 años, con un incremento medio anual de cerca de 1.700 km2. Además, los terrenos arbolados crecen a mayor ritmo que el conjunto de la superficie forestal, de forma que en la actualidad representan más del 71% de esta, cuando no llegaban al 50% en los años 60 del siglo pasado.
Este incremento de la superficie forestal y los cambios cualitativos ocurridos en ella suponen un enorme desafío para su gestión, si tenemos en cuenta el vaciamiento demográfico de una buena parte del mundo rural y lo que eso implica en términos de merma en el manejo de esas áreas. Tampoco se debe olvidar la invasión puntual, en el tiempo y en el espacio, por parte de la población urbana de ese territorio, con necesidades, exigencias y concepciones singulares, así como valorar la situación de cambio global, que amplifica los riesgos de estas masas vegetales desde distintas perspectivas.
{{ANEAutoria|Autores=Juan Ignacio Plaza Gutiérrez, Felipe Fernández García, María Hernández Hernández, José Manuel Llorente Pinto, José Naranjo Ramírez, Martín Torres-Márquez}}
{{ANESubirArriba}}{{ANETextoEpigrafe|epigrafe=Ganadería}}